miércoles, 31 de octubre de 2012

Oportuno, pero Doloroso SANDY AUXILIA AL MUNDO

           El dolor ajeno lo sentimos como propio. Lo que sufre la gente de Nueva York y de 21 estados más de la unión americana, por la gran tempestad que los ha afectado, nos mueve a la solidaridad. Se trata de padecimientos humanos, y todos ellos nos conciernen.
                Entendemos que los estadunidenses, por su exceso de trabajo, no tienen tiempo de tener solidaridad con los michoacanos cuando nosotros lo necesitamos; en cambio, por humanismo, a todos los de por acá nos conduele lo acontecido a aquellos que habitan en la llamada "gran manzana" y en el noreste de Estados Unidos de América.
                Los destrozos y las muertes que ha dejado el huracán Sandy son tremendos, agravados por el alto nivel de vida que comúnmente tienen los vecinos de aquella región de los EU.
                10 millones de hogares sin luz; más de 50 muertos; 1800 heridos; daños superiores a los 70 mil millones de dólares; costosos desperfectos al metro y a otros medios de transporte; afectaciones tremendas a la Bolsa de Valores y al sistema bancario; decenas de miles de viviendas deterioradas, entre otras averías.
                Pero dentro de todo ese mal, se observan algunas cosas buenas. El espíritu yanqui personalizado en el Presidente Barack Obama se ha dejado sentir, ya que no huyó del desastre, y se ha venido enfrentando a las calamidades del meteoro, contrario a lo pasado hace años con la tragedia de Nueva Orleans, en donde George W. Bush no estuvo a la altura de las circunstancias.
                Obama ha dejado abandonada su campaña electoral, al considerar más importante el enfrentar los problemas generados por un fenómeno natural a la gente estadunidense de ese territorio; mientras, su contrincante Mitt Romney ha seguido en su trabajo electoral atacando a Obama.
                En diferentes momentos de ese proceso electoral han existido señalamientos de que están, ambos contendientes a la presidencia de EU, empatados; sin embargo, ahora, a unos días de que la ciudadanía y los delegados emitan sus votos, se observa que triunfará otra vez Obama, reeligiéndose en dicho cargo.
                Ése será un ejemplo de tipo histórico en donde un fenómeno natural intervine en una decisión política. Claro que bien pudo afectar ese tremendo hecho atmosférico a Barack Obama si éste no reacciona como lo está haciendo.
            Antes del desastre, muchos pueblos y gobiernos del mundo temían la llegada al poder de Romney y sus aliados. Preocupaba que una radical y peligrosa derecha dominara al gobierno gringo durante los próximos cuatro años.
            Hoy, se siente que Sandy, esa tormenta destructora, auxilió al mundo, al dar la oportunidad a Obama de demostrar su entereza de carácter, su valor frente a los problemas, y su ánimo de servir.           
            Oportuna, pero dolorosa, fue Sandy. De esas penurias naturales pronto se recuperarán; empero, de un mal gobierno que los conduzca a la guerra, a la revolución interna, a mayores quebrantos económicos, no se recuperarían nunca.