Michoacán,
por desgracia, ha padecido constantemente a ese tipo de especímenes que suelen
disfrazarse de luchadores sociales, cuando sus conductas antisociales están a
la vista de todos.
Ese
tipo de violencia se mezcla con otros problemas también de tipo gravoso,
generando en su conjunción una capacidad explosiva que a todos alarma.
Miren
ustedes que el futuro económico en el mundo no presagia nada bueno, y México,
supongo, sigue subsistiendo en este planeta. Tanto en lo macro como en lo
micro, pasando por lo medio, la descomposición en el sistema productivo, en la
distribución de riqueza, en las finanzas y en las monedas, va en franco
aumento.
Estados
Unidos de América, China, Japón, y la Unión Europea, en crisis, amenazan con un
derrumbe global o, en el menor de los casos, con una desaceleración peligrosa.
Esta diablura de las naciones ricas, en lo macro, "nos mantiene en la
incertidumbre", según el economista en jefe del Fondo Monetario
Internacional, Olivier Blanchard.
Y
desde Tokio, la directora gerente del FMI Christine Lagarde asegura, en la
llamada "Asamblea de Otoño", que en los países intermedios "La
recuperación de la economía mundial está sufriendo nuevos reveses con un efecto
negativo para los países en desarrollo, ya que sus economías emergentes están
acrecentando su deuda, su desempleo, produciendo desequilibrio e
incertidumbre".
En
la microeconomía, tanto países en la miseria como individuos indigentes
provocan que el secretario general de la ONU Ban Ki-moon afirme que "se
está dificultando cumplir con el propósito de reducir la tasa de pobreza
extrema al 17% global para el año 2015, debido a la actual situación económica
tan incierta".
En
ese avieso escenario económico mundial, agravado por los conflictos internos
propios de México, que no son pocos ni sencillos, tomará posesión como
Presidente de la República Enrique Peña Nieto el próximo primero de diciembre,
y no de manera tan feliz como supone el canta autor español Joaquín Sabina, al
bromear con Joan Manuel Serrat hace unos días en el Auditorio Nacional, frente
a un público numeroso que deseaba ver y oír a esos dos pájaros gachupines
contraatacando: "Me siento más feliz que Peña Nieto peinándose".
El
Presidente Enrique Peña, ajeno totalmente a ese sarcasmo de comedia, representa
una causa, la que con toda responsabilidad tendrá que cumplir con un honesto,
patriota y eficaz, gabinete: recuperar la confianza del pueblo en la
Presidencia de México, restaurar la paz social, garantizar la seguridad
pública, promover la apertura de los empleos necesarios, aumentar
considerablemente la producción de bienes y servicios, fomentar una mejor
distribución de la riqueza, mejorar la cultura y con ello la educación,
reinstalar el estado de derecho, entre otras tareas.
Si
ahora se deja que los radicales libertinos secuestren e incendien autobuses en
Michoacán, el primero de diciembre próximo lo harán en todo México.