miércoles, 24 de octubre de 2012

¡Libres! ¿PARA QUÉ?

            Así cabeceó a ocho columnas El sol de Morelia la noticia del día: "¡LIBRES!"
            Para después dar cuenta de la resolución del Ciudadano Juez Sexto de lo Penal de este Distrito Judicial de Morelia sobre la situación jurídica de los 8 consignados, ante él, por la supuesta comisión de diversos delitos.
            En ese resolutivo judicial se les concede el beneficio de la libertad bajo fianza, pero se les sujeta a proceso, conforme a la misma nota periodística, por dos delitos: "motín y robo de uso", lo que no es encontrarse completamente libres.
            Más cuando la Procuraduría General de Justicia del Estado, a través del Ministerio Público correspondiente, tiene dentro de sus facultades, como representante de la sociedad, el derecho de apelar de tal resolutivo.
            Esa es la formalidad jurídica, sujeta a los procedimientos que la ley de la materia establece.
            Sin embargo, el fondo del asunto es el importante. Esos jóvenes quedaron con el beneficio de la libertad, no para tener la libertad de seguir secuestrando autobuses y automóviles ajenos a ellos. Son libres, sí, pero no para andar quemando camiones y coches. Son libres, también, pero no para violar los derechos humanos de terceros, privándolos ilícitamente de su libertad.
            Su libertad no es para que afecten el libre tránsito de la población ni para que tomen edificios públicos, inmuebles dedicados a la educación o a los servicios administrativos.
            La libertad consagrada en nuestra Carta Magna jamás es absoluta, sino relativa a los derechos humanos garantidos que se consagran en nuestra Constitución Federal, con los límites y comprensiones que la misma norma jurídica fundamental establece.
            Tener a jóvenes estudiantes detenidos es muy doloroso para toda sociedad. Un gobierno como el de Fausto Vallejo Figueroa no pretende encarcelar a estudiantes, menos reprimirlos; trabaja para que ningún estudiante se convierta en delincuente, menos si ese alumno realiza estudios para convertirse en maestro.
            Mal hacen quienes incitan a los estudiantes a cometer delitos, escondiendo sus perversidades en la oscuridad de su propia maldad.
            La cultura de la legalidad debe regir en todo México, en todo Michoacán, y en todas y cada una de las instituciones educativas del país. Éste sigue siendo un sentimiento de la nación.
            Los actuales problemas de Michoacán son polvos de viejos lodos. Nada nace por generación espontanea. De antiguas raíces es la llamada Nueva Jerusalén, como añejas son las causas de las escuelas normales, ya no tan normales, que pretenden dar educación, albergue y alimento, a estudiantes que serán los profesores de los niños y los jóvenes michoacanos.
                Ésos, al igual que muchos otros conflictos que están reventando, se observan en gravedad porque han llegado a su etapa de contradicción extrema, porque hay vividores de la violencia que la alientan, y porque el gobernador Fausto Vallejo Figueroa ha decidido, respondiendo a una exigencia del pueblo michoacano, iniciar la resolución definitiva de esas complicadas amenazas.