Para
después dar cuenta de la resolución del Ciudadano Juez Sexto de lo Penal de
este Distrito Judicial de Morelia sobre la situación jurídica de los 8
consignados, ante él, por la supuesta comisión de diversos delitos.
En
ese resolutivo judicial se les concede el beneficio de la libertad bajo fianza,
pero se les sujeta a proceso, conforme a la misma nota periodística, por dos
delitos: "motín y robo de uso", lo que no es encontrarse
completamente libres.
Más
cuando la Procuraduría General de Justicia del Estado, a través del Ministerio
Público correspondiente, tiene dentro de sus facultades, como representante de
la sociedad, el derecho de apelar de tal resolutivo.
Esa
es la formalidad jurídica, sujeta a los procedimientos que la ley de la materia
establece.
Sin
embargo, el fondo del asunto es el importante. Esos jóvenes quedaron con el
beneficio de la libertad, no para tener la libertad de seguir secuestrando
autobuses y automóviles ajenos a ellos. Son libres, sí, pero no para andar
quemando camiones y coches. Son libres, también, pero no para violar los
derechos humanos de terceros, privándolos ilícitamente de su libertad.
Su
libertad no es para que afecten el libre tránsito de la población ni para que
tomen edificios públicos, inmuebles dedicados a la educación o a los servicios
administrativos.
La
libertad consagrada en nuestra Carta Magna jamás es absoluta, sino relativa a
los derechos humanos garantidos que se consagran en nuestra Constitución
Federal, con los límites y comprensiones que la misma norma jurídica
fundamental establece.
Tener
a jóvenes estudiantes detenidos es muy doloroso para toda sociedad. Un gobierno
como el de Fausto Vallejo Figueroa no pretende encarcelar a estudiantes, menos
reprimirlos; trabaja para que ningún estudiante se convierta en delincuente,
menos si ese alumno realiza estudios para convertirse en maestro.
Mal
hacen quienes incitan a los estudiantes a cometer delitos, escondiendo sus
perversidades en la oscuridad de su propia maldad.
La
cultura de la legalidad debe regir en todo México, en todo Michoacán, y en todas
y cada una de las instituciones educativas del país. Éste sigue siendo un
sentimiento de la nación.
Los actuales problemas de Michoacán son polvos de
viejos lodos. Nada nace por generación espontanea. De antiguas raíces es la
llamada Nueva Jerusalén, como añejas son las causas de las escuelas normales,
ya no tan normales, que pretenden dar educación, albergue y alimento, a
estudiantes que serán los profesores de los niños y los jóvenes michoacanos.
Ésos,
al igual que muchos otros conflictos que están reventando, se observan en
gravedad porque han llegado a su etapa de contradicción extrema, porque hay vividores
de la violencia que la alientan, y porque el gobernador Fausto Vallejo Figueroa
ha decidido, respondiendo a una exigencia del pueblo michoacano, iniciar la
resolución definitiva de esas complicadas amenazas.