lunes, 28 de mayo de 2012

"Yo Soy 132" JÓVENES MERECEDORES DE MEJORES TAREAS


           Muy poco importa si detrás del movimiento "yo soy 132" hay uno o varios viejillos peligrosos. Puede estar tranquilo el rector de la Ibero José Morales Orozco, y puede ahorrarse Andrés Manuel López Obrador sus consejos, privados y públicos, dirigidos a esos jóvenes universitarios inquietos, tanto en la red como en las calles.
            Lo real es la existencia de esos grupos, y su posible crecimiento; empero, lo deseable es que su organización sirva, al pueblo de México, para resolver los problemas graves que le aquejan, y no sólo como instrumento electorero en contra del candidato que lleva delantera.
            México y Michoacán han sufrido un terrible agravio. Este fin de semana próximo anterior la empresa Sabritas fue incendiada y destruida en las ciudades de Lázaro Cárdenas, Apatizingán y Uruapan por parte de comandos armados. Maquinaria, vehículos, almacenes, todo quedó destruido. El simple hecho hace suponer que fue la reacción del crimen organizado ante la negativa de la empresa a pagar cuota. Nadie ha denunciado nada, pero es un delito que se persigue de oficio, y que debe ser atraído por la Procuraduría General de la República, ya que hoy es un negocio de papas, mañana será un negocio de automóviles, cines, refrescos, educación, acero, cerveza, transporte aéreo, o en contra de los poderes: federal, estatal, y municipal.
            Frente a esos males es donde debe operar, directamente, ese grupo  juvenil-estudiantil autodenominado "yo soy 132", y no únicamente para lanzarse en contra de Enrique Peña Nieto, tratando de hacerle el caldo gordo a López Obrador. De seguir así, pobre será su tarea, mediocre su propósito, cuando debe enderezar sus valiosos esfuerzos hacia fines mayores: coadyuvar a resolver problemas de desempleo, inseguridad, corrupción, educación y cultura, salud, entre muchos otros.
            Claro que también debe ser objeto de sus afanes el problema electoral, pero los rostros de éste son variados, y no exclusivamente uno: las pésimas normas jurídico electorales que mal nos rigen, los órganos electorales defectuosos, el enorme costo de las campañas, la pus partidista en todo el gobierno mexicano, los grandes defectos de todos y cada uno de los candidatos a la Presidencia de la República, y de los prospectos a muchos otros cargos electivos.
            Por ello, ese esfuerzo juvenil-estudiantil de "yo soy 132" resulta, ante los ojos de la nación, sospechoso e insultante, al tener tan singular y mezquino afán. Así, su única pretensión los va a conducir al desengaño.
            Lamentablemente, ya empieza a darse una lucha entre jóvenes estudiantes. Los que están en contra del PRI, y los que están a favor de este partido político. Esto es grotesco y absurdo. La juventud es digna de fines superiores. La lucha por el poder ciega a los ambiciosos. Los conduce a no saber perder y, lo que es más peligroso, a no saber ganar.