martes, 1 de mayo de 2012

¡Gran Diferencia! ENTRE REPRESIÓN Y COERCITIVIDAD JURÍDICA


           Debemos estar a favor de que existan casas del estudiante, en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, mientras subsista la urgente necesidad de auxiliar a jóvenes humildes que, sin esta ayuda, no podrían realizar su sueño de ser profesionistas.
            La sociedad debe vigilar que quienes reciban el privilegio de ese beneficio lo requieran de verdad, y lo merezcan al dedicarse por completo al estudio, sin dejar las inquietudes sociales que los motiven, honestamente, a luchar y manifestarse, pero con respeto a nuestro sistema jurídico.
            Reconocimiento merecen quienes luchan por un ideal; pero están descalificados los mafiosos que presionan para chantajear y obtener, así, millones de pesos en su provecho.
            El Honorable Consejo Universitario, máximo órgano de gobierno de esa casa de la inteligencia, debe garantizar con su ejercicio autónomo el sano y eficaz servicio de esos albergues estudiantiles que también han coadyuvado a generar excelentes profesionistas para el país.
            Empero, todos debemos vigilar que los moradores de estas casas no sean carne de cañón de ningún partido político, ni  de ninguno de esos políticos o grupos políticos que ve en ellos un instrumento para sus intereses inconfesables, ni menos que sirvan como comparsas para las pandillas de dentro o de fuera de la universidad.
            Trato este tema por la reciente actividad ilícita de varios estudiantes o pseudoestudiantes de estos albergues en Michoacán, los que en torpe obediencia, a quienes los corrompen con dinero, robaron vehículos y los incendiaron, privaron ilícitamente de la libertad a personas, dañaron propiedades ajenas, alteraron la paz pública, afectaron el libre tránsito de terceros, y cuando recibieron la aplicación de la coercitividad jurídica como consecuencia de derecho por sus actos delincuenciales, de inmediato lanzaron gritaron: "nos están reprimiendo... nos están violando derechos humanos... no es delito ser estudiante... se nos mata o se nos encarcela...", cuando en este caso las autoridades de seguridad pública y de procuración de justicia no han hecho más que aplicar, en estricto procedimiento, los efectos que disponen los preceptos penales actualizados por esas conductas delictivas.
            Ya en años anteriores hacían lo mismo estos malhechores, tolerados o alentados por los gobiernos, pero la sociedad michoacana ya está harta de que no se aplique el derecho, generándose con ello una anarquía que no presagia nada bueno.
            Ahora, de suma importancia es distinguir entre la represión, y la legal aplicación coercitiva del derecho a los casos concretos.
            Todos estamos obligados a cumplir con el sistema jurídico vigente en México, comenzando por las autoridades, ya que éstas deben poner el ejemplo.
            Así que los gobernados (seamos moradores de una casa del estudiante, o seamos quienes seamos) debemos cumplir con, y hacer cumplir, los artículos 3o fracción VII, 8o, 9o, 13, 14, 16, y demás preceptos que forman el contenido de nuestra Carta Magna.
            Un gobierno que sabe aplicar, en estricto derecho, la coercitividad jurídica, nada debe temer. Debe, eso sí, ser el primero en cumplir con la Ley, y no permitir que haya excepciones en eso del estricto acatamiento a las normas jurídicas, para no romper el principio de igualdad.
            Claro que no es delito ser estudiante. Delito es privar ilícitamente de la libertad a personas, robar y quemar autos, y otros ilícitos semejantes. Nadie quiere matar ni encarcelar estudiantes, sólo deseamos que estudien, y ajusten su conducta a derecho.
            Lo que corresponde ahora, inteligente y dialécticamente, es que en lugar de programar nuevas tomas, marchas, quemas de autos, renovada violencia, y conductas delincuenciales otra vez, propugnen por un pacto, a efecto de fijar claramente sus derechos y sus deberes, siempre dentro de la Ley, en beneficio de la sociedad, de la educación pública, mejorando la calidad y cantidad académicas en nuestra Máxima Casa de Estudios.