En
las escalinatas de la Columna de la Independencia, en la Ciudad de México,
expusieron hace días un enorme letrero, estructurado por cuadros de un metro de
ancho por dos de alto, conteniendo cada uno de ellos una sola letra,
debidamente armados en estructura de madera.
Ordenadas
esas grandes letras, en su conjunto expresaban: "PROTESTAR ES UN DERECHO.
REPRIMIR ES UN DELITO". Según versión de un testigo, las partes de este
espectacular fueron bajadas de un vehículo del gobierno del Distrito Federal.
El
mensaje parece haber sido colocado en apoyo a quienes han venido protestando en
el territorio del Estado de Michoacán, con esa frase que no por ser llamativa
deja de ser falsa en esa expresión ambigua y absoluta.
Explicaré.
Es cierto que es un derecho humano garantido el asociarse y el reunirse. Así lo
ordena el artículo 9o de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; empero, estos dos derechos no son ilimitados ni absolutos, sino que
los concreta y limita, en principio, el mismo precepto fundamental que los
establece.
Por
ello en esa misma norma constitucional se dispone que el asociarse y el
reunirse debe realizarse de manera pacífica, con objeto lícito; y si van a
deliberar debe ser sin armas.
Y
desde luego que los gobernados podemos asociarnos y reunirnos para pedir algo a
las autoridades, y para protestar en contra de ellas, o de algún acto que las
mismas haya realizado, pero siempre y cuando no se profieran injurias en contra
de esa autoridad, ni se haga uso de la violencia en contra de ella ni se le
amenace para intimidarla u obligarla a resolver en el sentido que se desee.
Así
que protestar es un derecho, siempre y cuando no se haga con violencia, y se
ejerza con un objeto lícito, y sin armas si van a deliberar. Es un derecho
protestar, sí, pero siempre y cuando no se profieran injurias ni se haga uso de
violencia ni amenazas, ni para intimidar a la autoridad y obligarla a que
resuelva en el sentido que desean quienes protestan o solicitan algo.
Desde
luego que reprimir es un delito. Pero jamás será represión cuando la autoridad competente
aplique, conforme a derecho, la coercitividad en contra de quienes asociados o
reunidos contravengan con sus actos violentos, injuriosos, amenazantes, intimidantes,
a lo ordenado por ese artículo 9o de nuestra Carta Magna.
¡Qué
mal se ven los alentadores de la violencia!, más cuando son vividores de ella.
Con toda irresponsabilidad creen que a río revuelto hay ganancia de pescadores,
cuando la situación de México, y sobre todo la de Michoacán, debería motivarnos
a la unidad para hacerle frente a los graves problemas que estamos padeciendo.
Alentar
a la violencia sí que es un delito, más cuando se afecta el derecho del pueblo
a vivir en paz, y en desarrollo.