jueves, 2 de julio de 2015

Arte es una parte
REVALORAR A LA CULTURA
        Enunciaré dos palabras que, a la vez, son dos conceptos: natura y cultura; ambas, desde el punto de vista gramatical son palabras, pero desde la perspectiva lógica son conceptos.
        El ser humano es naturaleza, puesto que forma parte de ella; empero, dentro de la natura el humano ha tenido el privilegio de desarrollar su sistema nervioso central a grado de conciencia, provocando, en su aventura, la transformación de sí mismo y de su entorno natural.
        Esa capacidad transformadora y consciente, productora de cosas que la naturaleza directamente y por sí no creó, es la aptitud cultural de los humanos, y sus productos son la esencia de la cultura.
        Así que la cultura es todo lo que el hombre socioindividualmente ha generado: fenómenos sociales e individuales.
        Sobre esto debo ahondar.
        Los humanos somos seres individuosociales, por ello somos contradictorios y dialécticos. Somos individuales en la medida en que somos sociales; y somos sociales en la medida en que somos individuales. Y este choque de contrarios internamente, en soledad o en grupo, nos hace ser constantes productores de problemas y, a la vez, continuos creadores de soluciones.
        Establecido lo anterior, la cultura es el hombre en sí, en cuanto tal. Su manera de hablar, ver, oír, caminar, comer, olfatear, tocar,  cantar, producir, distribuir lo producido, de valorar, de vestir; o de otra manera, todos los fenómenos que provocamos por nuestro pensar, expresar y actuar son productos culturales.
        De esta forma, el hombre en sí mismo, y en cuanto tal, es cultura. Creer, por ende, que la cultura es exclusivamente un rosario de actividades artísticas, es sólo ver una pequeña parte de lo que significa este rico concepto.
        Debido a lo anterior, la transformación de la realidad social y la transformación a la naturaleza, cuando son debidas a la conducta del hombre, o se hacen a través de la cultura, o no se hacen bien.
        Lo anterior no significa que los economistas, biólogos, matemáticos, administradores, juristas, físicos, químicos, y demás profesionistas, tengan que ir a una oficina de cultura para que los orienten en el ejercicio de sus responsabilidades profesionales. ¡Nada de eso!
        Significa sólo, lo expresado, que todos esos conocimientos y todos esos profesionales citados deben, o tienen necesidad de, tener un cimiento cultural sólido respecto a los problemas a los que sus responsabilidades los enfrenten, si es que en efecto los resuelven a conciencia, y no únicamente de manera superficial.
        Lo mismo cada funcionario público, desde el Presidente de la República, gobernadores, alcaldes, y todos sus colaboradores principales; si sus actos de autoridad carecen de sustento cultural respectivo a sus atribuciones, exclusivamente laborarán con mediocre superficialidad.
        El espacio de la cultura, por ende, sostiene y cubre totalmente lo humano en sus más amplios ámbitos de desarrollo.
        Como símbolo de una política cultural de fondo expresé, hace muchos años, y hoy vuelvo a repetirlo con mayor convicción: Cultura para todo; cultura para todos.