Se agudizan las
contradicciones
LAS VERDADES EN
EUROPA
"Europa" fue una creación
griega de milenios pasados, como mitológica y bella mujer amada por Zeus, quien
transformado en toro la raptó para convivir con ella en Creta; empero,
"Europa" como una comunidad de naciones en ese territorio horizontal,
unidas cultural y socioeconómicamente en los tiempos actuales, mucho sigue
teniendo que ver con aquella Grecia, original raíz de la cultura de occidente.
Con todo ello, las tragedias como las
comedias de la vieja Grecia son diferentes a la teatralizada vida que en el
2015 escenifica ese pueblo, con su reciente referéndum, organizado desde el
poder ejercido por su Primer Ministro Alexis Tsipras, ingeniero civil de 40
años, quien en realidad no le ha mentido a nadie, ya que desde su campaña
electoral planteó posiciones de izquierda radical.
Ni Esquilo ni Sófocles ni Eurípides ni
Aristófanes tienen que ver, directamente, con el fenómeno actual de ese país de
significada estirpe. Nada representan, con precisión real, ni Edipo ni Medea ni
Antígona ni Layo, en el conflicto que confronta a la Comunidad Europea y a
Grecia.
El trance entre los gobiernos de esa
comunidad con el gobierno griego, parte de esa misma unión, es eminentemente
económico, e influye en las finanzas de todo el mundo, incluyendo a México,
quien a sus propios problemas tiene que sumar los que le impongan los
conflictos internacionales, totalmente globalizados y planetarios.
Lo que vive y sufre la economía europea
es la agudización de las contradicciones que está generando el capitalismo,
sistema económico que en sus inicios fue revolucionario, y que llegó para
resolver las contradicciones agudas generadas por el sistema económico feudal.
Hoy la parte débil de ese sistema
capitalista es la distribución de la riqueza.
Y es lógico, para que el capitalismo
avance y se fortalezca se requiere la concentración de la riqueza en pocas
familias, en pocas manos, y esto produce, naturalmente, un puñado de
multimillonarios, pero miles de millones de hambrientos, haciendo que la economía
macro para los ricos vaya muy bien, mientras la microeconomía para las mayorías
está a punto del colapso violento.
Pero si se distribuye la riqueza, ya no
se fabrica la concentración de capital, y el sistema de ese nombre se debilita.
De una forma u otra, la actual forma
capitalista de producir y distribuir se encuentra rumbo a su muerte; y ésta le
llegará, cuando agote sus posibilidades, y sus contradicciones lleguen a un
callejón sin salida.
En esas contradicciones se mueven los
países ricos europeos encabezados por la poderosa Alemania, y los pobres del
mundo suman aplausos para la Grecia pobretona y débil. Y los dos grupos
confrontados tiene su propia verdad, y valen ambas.
El "no" de Grecia tiene su
razón: "que no nos maten de hambre ni pisoteen nuestra dignidad".
"Paguen lo que deben, vivan su
austeridad, produzcan más de lo que consumen", también es válida esta
postura de la Comunidad Europea.
Esas verdades agudizan sus
contradicciones.