miércoles, 15 de julio de 2015

Surrealismo nacional puro
OTRO ESCAPE DEL CHAPO
        Fallecido Jacobo  Zabludovski, y al margen de las opiniones vertidas post mortem sobre él, tanto por sus admiradores como por sus detractores, el balance final le favorece: inteligente, discreto, leal, trabajador, de un humor fino, y símbolo de ese medio masivo tan importante como peligroso que es la televisión, la que por el bien de México merece estar en mejores manos.
        Si alguien personifica actualmente a la televisión, en nuestro país, es Jacobo, y no los dueños o accionistas de esas empresas. Humano fue, con defectos y virtudes. Nadie es perfecto, al menos nadie que yo conozca.
        Fue, entre otras cosas, eficaz promotor del tango, y adicto a él, a grado de buscar y rebuscar los más pequeños detalles de las letras, músicas, autores, e intérpretes, de esa música aún recordada.
        En memoria a Jacobo, y en honor al Tango, recordaré una de las joyas que escribió Enrique Santos Discépolo, llamada Cambalache, y referida a cómo veía él en 1934 al Siglo XX, como "un despliegue de maldad insolente", en donde "se vivía en la impostura", "atropellando a la razón", considerando que "es igual un burro que un gran profesor", y que "los asesinos, rateros y traidores nos han igualado".
        En fin, Cambalache en su versión Siglo XXI sigue percibiendo al "mundo como una porquería, en donde vivimos en un mismo lodo manoseao".
        Sin embargo, y por fortuna, ni el Siglo XX ni el XXI son totalmente Cambalache. Ni todo es porquería ni maldad insolente ni imposturas ni atropellos a la razón ni siempre los burros son superiores a los grandes profesores; empero, sí, hay partes de nuestro mundo a las que describe bien la letra de Cambalache.
        Ejemplificaré.
        El Presidente Enrique Peña Nieto visita París con una "comitiva de 143 personas", según nota de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
        Mientras, Andrés Manuel López Obrador señala desde Chiapas que "el Presidente Peña Nieto lleva alrededor de 400 invitados gorrones a su gira de trabajo por Francia".
        ¿A quién creer?, ¿quién está en la impostura?, ¿quién despliega maldad insolente?, ¿quién está atropellando a la razón?, ¿cuál de las dos cifras es la exacta?, aunque cualquiera de las dos es afrenta ante las penurias nacionales.
        ¿143, o alrededor de 400? La diferencia es considerable, y debe investigarse la verdad. Pueden ambos números ser erróneos, pero estas imprecisiones provocan confusión lodosa y manoseada.
        Dentro de este sistema fangoso, y difuso, sorprende que en Francia estaban tanto el Presidente de México como el secretario de Gobernación cuando se da la evasión del Chapo Guzmán, no siendo aconsejable que los dos salgan del país al mismo tiempo.
        De inmediato el Presidente dispuso el retorno de su colaborador, calificando la fuga como "una afrenta para el Estado mexicano".
        Dada la versión oficial, del escape, empieza de inmediato por doquier a ponerse en duda. La falta de credibilidad del gobierno mexicano es aterradora.
        ¿Hasta dónde llegará nuestro surrealismo nacional?