Ideal pedagógico
HUMANOS ÍNTEGRAMENTE
LIBERADOS
El problema educativo de México no se
llama Emilio Chuayffet Chemor; tampoco se denomina así la solución a tan
delicado conflicto.
Con Emilio, sin Emilio, y aún en contra
de Emilio, los mexicanos tenemos que resolver todos y cada uno de los peligros
actuales y dolorosos que padece nuestro sistema educativo.
También, es absurdo reducir a la
evaluación de los maestros toda una reforma educativa; aun siendo el evaluar un
eficaz instrumento para justipreciar infinidad de cosas. Si alguien ha hecho a
nuestros profesores es el gobierno, por ello Sor Juana diría: quererlos cual
los hacéis, y hacedlos cuál los buscáis.
Pero si ahora les quiere formar de otra
manera, la táctica de instrumentarlo no fue la mejor, y la gigantesca criatura
ha puesto en jaque a su propio creador, exigiendo que antes, que a ellos, se
evalúe a todas las autoridades educativas, requiriendo participar en todo el
proceso evaluatorio, y reclamando más poder y prestaciones mayores.
Además acusan: "El gobierno
pretende privatizar la educación". Y ésta, por su naturaleza, debe ser
laica, pública y gratuita. Todo ser humano debe tener acceso a la educación, y
todo el que lo obstaculice viola un importante derecho humano garantido.
Así que transgreden estos derechos los
funcionarios públicos que intenten privatizar la educación para entregarla
totalmente en manos particulares; empero, también atropellan estos derechos los
líderes sindicales que manipulan y suspenden las labores educativas oficiales a
su antojo, llevando a su propios hijos a colegios particulares, mientras que
las familias comunes son orilladas a soportar que sus descendencias no tengan
clases, o a hacer esfuerzos inauditos y heroicos para pagar los altos costos de
la educación particular.
Mientras se gastan, según el Presupuesto
de Egresos de la Federación 2015, centenares de miles de millones de pesos no
en la educación sino a pretexto de la educación.
Siendo esas enormes erogaciones
exclusivamente para las escuelas, cuando la mayor influencia que el ser humano
recibe proviene de espacios no escolarizados.
Todos los medios masivos de comunicación
que, no para bien en estos tiempos, tienen mayor influencia educativa en la
población, deben participar, sin cobro, con una responsable, amplia, eficiente,
científica y filosófica, información y formación, dirigida a todos los sectores
sociales, bajo la rectoría del estado mexicano y la participación activa de las
instituciones superiores de educación en nuestro país.
Ese proyecto sería parte de una
auténtica reforma educativa, en donde se seleccionara a los mejores maestros en
las diferentes materias que integraran el plan de estudios en los diversos
grados escolares, a efecto de que cada escuela con maestros y alumnos se
inserte obligatoriamente por unas horas, cibernética y electrónicamente, en las
clases científicas y atractivas que al respecto se expongan.
Cines, teatro, televisión, radio,
periódicos, revistas, internet, y todos
los difusores a los que tenga acceso la población, deben ser portadores eficaces
de los más preciados valores humanos.
Una reforma, así, es necesaria y
posible. ¡Iniciémosla!