martes, 30 de junio de 2015

Ideal pedagógico
HUMANOS ÍNTEGRAMENTE LIBERADOS
        El problema educativo de México no se llama Emilio Chuayffet Chemor; tampoco se denomina así la solución a tan delicado conflicto.
        Con Emilio, sin Emilio, y aún en contra de Emilio, los mexicanos tenemos que resolver todos y cada uno de los peligros actuales y dolorosos que padece nuestro sistema educativo.
        También, es absurdo reducir a la evaluación de los maestros toda una reforma educativa; aun siendo el evaluar un eficaz instrumento para justipreciar infinidad de cosas. Si alguien ha hecho a nuestros profesores es el gobierno, por ello Sor Juana diría: quererlos cual los hacéis, y hacedlos cuál los buscáis.
        Pero si ahora les quiere formar de otra manera, la táctica de instrumentarlo no fue la mejor, y la gigantesca criatura ha puesto en jaque a su propio creador, exigiendo que antes, que a ellos, se evalúe a todas las autoridades educativas, requiriendo participar en todo el proceso evaluatorio, y reclamando más poder y prestaciones mayores.
        Además acusan: "El gobierno pretende privatizar la educación". Y ésta, por su naturaleza, debe ser laica, pública y gratuita. Todo ser humano debe tener acceso a la educación, y todo el que lo obstaculice viola un importante derecho humano garantido.
        Así que transgreden estos derechos los funcionarios públicos que intenten privatizar la educación para entregarla totalmente en manos particulares; empero, también atropellan estos derechos los líderes sindicales que manipulan y suspenden las labores educativas oficiales a su antojo, llevando a su propios hijos a colegios particulares, mientras que las familias comunes son orilladas a soportar que sus descendencias no tengan clases, o a hacer esfuerzos inauditos y heroicos para pagar los altos costos de la educación particular.
        Mientras se gastan, según el Presupuesto de Egresos de la Federación 2015, centenares de miles de millones de pesos no en la educación sino a pretexto de la educación.
        Siendo esas enormes erogaciones exclusivamente para las escuelas, cuando la mayor influencia que el ser humano recibe proviene de espacios no escolarizados.
        Todos los medios masivos de comunicación que, no para bien en estos tiempos, tienen mayor influencia educativa en la población, deben participar, sin cobro, con una responsable, amplia, eficiente, científica y filosófica, información y formación, dirigida a todos los sectores sociales, bajo la rectoría del estado mexicano y la participación activa de las instituciones superiores de educación en nuestro país.
        Ese proyecto sería parte de una auténtica reforma educativa, en donde se seleccionara a los mejores maestros en las diferentes materias que integraran el plan de estudios en los diversos grados escolares, a efecto de que cada escuela con maestros y alumnos se inserte obligatoriamente por unas horas, cibernética y electrónicamente, en las clases científicas y atractivas que al respecto se expongan.
        Cines, teatro, televisión, radio, periódicos, revistas, internet, y  todos los difusores a los que tenga acceso la población, deben ser portadores eficaces de los  más preciados valores humanos.
        Una reforma, así, es necesaria y posible. ¡Iniciémosla!