viernes, 26 de junio de 2015

Lao She
HISTORIA DE MI VIDA
        De seguir la historia humana, con su misma dirección, será necesario muy pronto hablar, leer y escribir, el idioma predominante en China, ya que esta república popular, como se denomina oficialmente, se acerca a ser la primera economía mundial, en el amplio sentido del término.
        El mandarín es la lengua dominante y, desde luego, que para quienes hablamos el castellano no nos es fácil aprender ese idioma, pero tampoco es imposible.
        Nos será necesario el acercamiento a la cultura china, la que resulta riquísima y atrayente, tanto la antigua como la de nuestros tiempos.
        En el aspecto literario, Lao She (1899-1966) nació y murió en Pekín, y fue hijo de un soldado muerto durante la rebelión de los bóxers en 1901, dejando a su hijo huérfano y con penurias tempranas.
        Su esfuerzo y talento lo condujeron, en condiciones adversas, a estudiar en escuelas de gobierno, y con becas, aprendiendo el inglés por motivos circunstanciales. Conoció en la calle a misioneros británicos protestantes, y entabló con ellos relaciones amistosas que lo llevaron a profesar en esa creencia y viajar a Londres, en donde se mantuvo dando clases de chino, lo que le permitió tener un horizonte nuevo en su vida.
        En 1930 retornó a China, con una preparación en letras que le permitió obtener cátedras en varias universidades chinas, logrando un prestigio literario. Algunas de sus obras en esos tiempos fueron "La ciudad de los gatos", "El camello Xiangzi", y "Divorcio".
        La invasión japonesa a China, en 1937, motivó a Lao She a participar activamente en contra del ejército japonés hasta su derrota en 1945, después de las bombas atómicas estadunidenses arrojadas en Hiroshima y Nagasaki.
        Al triunfo de los Estados Unidos de América sobre el fascismo japonés, Lao She logra obtener una plaza de profesor en los EU, en donde vive hasta el 1949; y al triunfo de la Revolución China el Primer Ministro Zhou En Lai lo invita a regresar a su país.
        En el mundo cultural de la República Popular de China Lao She fue una figura destacada, por el aprecio que se tuvo por su obra; sin embargo, en el desarrollo socialista de esa república hubo un quiebre con la llamada Revolución Cultural del 1966 encabezada por la llamada "Banda de los Cuatro", bajo el liderazgo de Jiang Qing, esposa de Mao Tse Tung, quienes con ortodoxia radical violenta atacaron a quienes ellos consideraban que se estaban aburguesando.
        Una de las primeras víctimas de ese dogmatismo fue Lao She, quien por versión oficial "se avergonzó tanto de su traición al proletariado chino que voluntariamente se ahogó en el Lago Taiping"; mientras que otras versiones narran que "fue apaleado por la guardia roja cerca del Templo de Confucio hasta morir".
        Concluiré con una frase de Lao: "A un hombre no le basta con ser bueno, es necesario que los otros lo sean también, si además pretende que esa bondad sirva para algo".