Capacidad de auto
repararse
LOS MIASMAS DE LA
POLÍTICA
Cuando los fenómenos políticos se
estudian, con método científico, se obtiene un espectro impresionante de lo que
significa el poder para los seres humanos.
Sobre todo lo que representa el poder
público, con su amplio abanico de servidumbre, su atrayente grandeza, y sus
consabidos miasmas.
Dicho lo anterior, afirmo que ningún
humano deja de participar en ese fenómeno; aun aquel que grita que él nunca ha
sido ni es ni será político se evade de dicha actividad, ya que su propio
alarido lo hace cómplice de la política con su frustrado intento de evasión.
Desde luego que la política en el mundo,
y en México en particular, no goza de prestigio actualmente.
Chapuzas, trampas, corrupciones,
mentiras, raterías, asesinatos, desapariciones forzosas, juicios grotescos a
inocentes, absoluciones a reconocidos culpables, y muchos otros conceptos
miasmáticos, la gente común absolutamente los liga con la política,
erróneamente.
Ya que si bien de manera relativa a
ciertas personas, tiempos, espacios, y ambientes, se les puede calificar de
podredumbre política, el generalizar es un equívoco.
Empero, hoy pretendo enfocar la manera
en que nuestro país pudiera de inmediato y en automático remediar esos miasmas
políticos, tomando experiencia de otras áreas del conocimiento humano, pero en aplicación
a la naturaleza que ingesta la propia política.
Desde hace poco más de una década en la
Universidad de Illinois, en los EU, se han dado los primeros pasos para que
todos los equipos hechos con carbono se auto reparen. Y con esos materiales
auto curables han resuelto prácticamente problemas en bicicletas y turbinas
eólicas.
Siguiendo esa tecnología en la
Universidad de Bristol, en el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del
Norte, un grupo de científicos trabaja en el proyecto de fabricar
"aeronaves que se curan a sí mismas", y aseguran que dentro de los
próximos 10 años harán posible ese propósito.
En ambas universidades explican que para
ese fin se inspiraron en la manera que el cuerpo humano cura sus propias
heridas cuando se produce un corte en la piel, y la sangre se solidifica hasta
formar una cascara o costra, hasta que ésta se cae, una vez que el tejido se ha
vuelto a reconstruir.
Esos proyectos de investigación
universitaria en vías exitosas, que se inspiraron en el ser humano, deben
retornar a él en el campo de la política para, con eficacia, al menos reducir
lo más posible tantos miasmas que han infectado gravemente a tan noble
actividad.
Percibo que no faltarán quiénes digan
que los seres humanos no son ni fuselajes de avión ni turbinas ni bicicletas, y
que además añadan que la política no es una ciencia.
Entiendo la inercia y la cerrazón de
mucha gente para no aceptar que los fenómenos que se dan en este planeta están
emparentados todos entre sí, con vasos comunicantes a la vista de todos.
Pero considero posible el saneamiento
político, con decisión y método científico.