miércoles, 25 de marzo de 2015

El precio de los huevos
ECONOMÍA DE LA INCERTIDUMBRE
        Pronto dará inicio la Semana Santa que corresponde a este año 2015, por lo que el lector, en general, estará más sosegado en relación a su trabajo diario, y más inquieto en vínculo a los días de asueto que se avecinan; sin embargo, para la Nación entera y su economía se avistan turbulencias llenas de incertidumbres, fenómenos que no respetarán ni a las vacaciones ni a lo santo de estas fechas.
        El Presidente Enrique Peña Nieto aseguró que "para mantener la estabilidad macroeconómica en un contexto legal de volatilidad, el gobierno federal se compromete a renovarse y volverse más eficiente, para hacer más con menos, rediseñando el presupuesto del año 2016".
        Mientras que Luis Videgaray, secretario de Hacienda y Crédito Público, anunció que pronto "se darán a conocer los lineamientos adicionales para el ajuste al cinturón de los servidores públicos, en un documento llamado Pre-Criterios Generales de Política Económica (CGPE) para 2016, el que será presentado... con estimaciones de todas las variables económicas... ante la incertidumbre que persiste".
        Y no es para menos, la perplejidad económica incuba y agranda la incertidumbre en la política, en la educación, en seguridad, y en los demás fenómenos sociales.
        El producto interno bruto se reduce, el precio del petróleo se achica, las protestas sociales aumentan, los procesos electorales inician sus enredos, la inflación está indetenible, nuestra moneda va en picada, el déficit fiscal está resentido, la huida de capitales es cierta, el desempleo nos flagela, la mala distribución de la riqueza se acentúa, y el crimen organizado con todas sus variables está latente y actuante.
        Claro que, ante tantos problemas, México sigue en pié, con toda su riqueza natural y humana; y, frente a los que por una causa u otra creen que no tiene remedio, millones de mexicanos creemos en nuestro país porque creemos en nosotros mismos.
        Sin embargo, la figura de un Presidente de la República fuerte, inteligente, honorable, confiable, respetuoso y respetable, patriota, en el que todos creamos, nos hace falta.
        Y es posible que el Presidente Enrique Peña Nieto tenga en su persona todas esas cualidades que he enumerado; pero, sus enemigos son numerosos y activos, mientras que las circunstancias, acaso él mismo, quizá sus colaboradores cercanos y lejanos, no han hecho nada, o han hecho poco, para que el pueblo se las reconozca.
        Preocupa observar que el Presidente Peña Nieto, por más esfuerzo personal que realiza, sigue siendo el individuo a quien todos los rayos le caen encima, y está pagando todas las culpas, aunque no sean propias.
        Daré un simple ejemplo. Los males de las conductas directas de quien fuera presidente municipal de Iguala, y de quien fuera gobernador de estado de Guerrero, ambos del PRD, los está pagando Peña Nieto.
        Debería haber un rediseño no sólo del presupuesto, sino de muchas estructuras fundamentales de México, desde el precio de los huevos hasta la institución presidencial, aquel sube, y ésta desciende.