El precio de los huevos
ECONOMÍA DE LA
INCERTIDUMBRE
Pronto dará inicio la Semana Santa que
corresponde a este año 2015, por lo que el lector, en general, estará más
sosegado en relación a su trabajo diario, y más inquieto en vínculo a los días
de asueto que se avecinan; sin embargo, para la Nación entera y su economía se
avistan turbulencias llenas de incertidumbres, fenómenos que no respetarán ni a
las vacaciones ni a lo santo de estas fechas.
El Presidente Enrique Peña Nieto aseguró
que "para mantener la estabilidad macroeconómica en un contexto legal de
volatilidad, el gobierno federal se compromete a renovarse y volverse más
eficiente, para hacer más con menos, rediseñando el presupuesto del año
2016".
Mientras que Luis Videgaray, secretario
de Hacienda y Crédito Público, anunció que pronto "se darán a conocer los
lineamientos adicionales para el ajuste al cinturón de los servidores públicos,
en un documento llamado Pre-Criterios Generales de Política Económica (CGPE)
para 2016, el que será presentado... con estimaciones de todas las variables
económicas... ante la incertidumbre que persiste".
Y no es para menos, la perplejidad
económica incuba y agranda la incertidumbre en la política, en la educación, en
seguridad, y en los demás fenómenos sociales.
El producto interno bruto se reduce, el
precio del petróleo se achica, las protestas sociales aumentan, los procesos
electorales inician sus enredos, la inflación está indetenible, nuestra moneda
va en picada, el déficit fiscal está resentido, la huida de capitales es
cierta, el desempleo nos flagela, la mala distribución de la riqueza se
acentúa, y el crimen organizado con todas sus variables está latente y
actuante.
Claro que, ante tantos problemas, México
sigue en pié, con toda su riqueza natural y humana; y, frente a los que por una
causa u otra creen que no tiene remedio, millones de mexicanos creemos en
nuestro país porque creemos en nosotros mismos.
Sin embargo, la figura de un Presidente
de la República fuerte, inteligente, honorable, confiable, respetuoso y
respetable, patriota, en el que todos creamos, nos hace falta.
Y es posible que el Presidente Enrique
Peña Nieto tenga en su persona todas esas cualidades que he enumerado; pero,
sus enemigos son numerosos y activos, mientras que las circunstancias, acaso él
mismo, quizá sus colaboradores cercanos y lejanos, no han hecho nada, o han
hecho poco, para que el pueblo se las reconozca.
Preocupa observar que el Presidente Peña
Nieto, por más esfuerzo personal que realiza, sigue siendo el individuo a quien
todos los rayos le caen encima, y está pagando todas las culpas, aunque no sean
propias.
Daré un simple ejemplo. Los males de las
conductas directas de quien fuera presidente municipal de Iguala, y de quien
fuera gobernador de estado de Guerrero, ambos del PRD, los está pagando Peña
Nieto.
Debería haber un rediseño no sólo del
presupuesto, sino de muchas estructuras fundamentales de México, desde el
precio de los huevos hasta la institución presidencial, aquel sube, y ésta
desciende.