lunes, 29 de abril de 2013

Nacieron para ser felices NIÑOS DEL MUNDO: ¡UNÍOS!

       Primero, antes que ninguna otra clase social, los explotadores del mundo se unieron, a efecto de que prevaleciera su poder.
        A los dueños de los esclavos tácitamente los hermanaba su necesidad de sobrevivir como propietarios de gente.
        Obvio que a los esclavos les estaba negado todo derecho.
        Después, los emperadores, los reyes, y el resto de la aristocracia, se unían a través de pactos o de matrimonios concertados.
        Las casas reinantes, verdaderas fábricas monopólicas engendradoras de nobles, se fortalecían con sus coaliciones, ya que la desunión conducía a las guerras.
        Y en esas luchas beligerantes los siervos ponían a la mayoría de los muertos.
        Posteriormente los burgueses en el capitalismo, etapa de organización socioeconómica en donde vivimos, también se encuentran unidos por sus intereses, por sus sociedades civiles y mercantiles.
        Por ello, comprendiendo cómo las diversas clases explotadores se han unido en todo el proceso histórico de la humanidad, Carlos Marx y Federico Engels en el Manifiesto Comunista lanzaron el urgente llamado: "¡Proletarios de todos los países, uníos!"
        Ahora bien, inspirados en esas etapas históricas, los niños, en este su día, bien podrían formular un llamado similar: niños de todo el mundo, ¡uníos!
        Unidos para que juntos desarmen a todos los belicosos; organicen y pongan a trabajar a todos los humanos, a efecto de que se produzca lo necesario; repartan lo producido de la manera más equitativa, para que entre las familias las diferencias económicas sean mínimas; dispongan con eficacia que no haya nadie sin cultura y educación; hagan que con eficiencia se respeten todos los derechos humanos, entre algunas otras labores que los mayores de edad por cobardía, por pereza, por ignorancia, por complicidad, no han podido realizar hasta este 30 de abril 2013.
        Los niños del mundo son la generación emergente, viviendo ya entre los peligros de hoy, pero escaneando con sus sentidos infantiles las visiones del mañana.
        Escarbemos dentro de nuestra memoria para observar que todos los mayores de edad hemos sido niños, y que conservamos, todavía hoy, las huellas de nuestra infancia.
        Y con esos recuerdos debemos de hacer nuestra, la acertada misión que José Martí requería para todo infante: "los niños han nacido para ser felices".
        La Edad de Oro, publicación de Martí dedicada a la niñez, también designa, con belleza simple, a toda etapa infantil.
        Este viernes próximo anterior la Orquesta Sinfónica de Morelia, por su calidad convertida tácitamente en la Orquesta Sinfónica de Michoacán, en el Teatro Ocampo dedicó su concierto a los niños, interpretando entre piezas de música clásica las maravillosas canciones de Gabilondo Soler, Cri-Cri.
        Más que otros días de concierto, el Teatro Ocampo fue insuficiente para dar cabida al público demandante, por lo que fue necesario poner grandes pantallas en la Plaza Melchor Ocampo.
        Felicidades para todos los niños que existen en el planeta, unidos todos resolverán nuestros problemas.