lunes, 30 de julio de 2012

Juegos Olímpicos CONTRA EL ODIO Y LA GUERRA


           Los XXX Juegos Olímpicos, de esta Era Moderna, se encuentran a su plenitud en Londres. Su acto inaugural fue de excelencia: la vida de su campiña, su revolución industrial, su mejor música, el símbolo de su comicidad, su espía más famoso, todo en juegos de luz con colores exactos, más el discreto actuar de la Reina Isabel II, quien prosigue ejerciendo en el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte como la decano de los Jefe de Estado del mundo actual.
            El tema de este tiempo, por ende, son esas olimpiadas, con su mascota aerodinámica llamada Mandeville, representativa del "espíritu en movimiento", mensaje que los británicos entregan a la humanidad.
            Ese espíritu en movimiento impulsa y agita al ser humano desde su inicio en la vida, y toma formas inusitadas que su propia imaginación y trabajo le permiten.
            Lo mismo conquistando al fuego que inventando a la rueda; por igual en el Ariel de la Tempestad de Shakespeare que en nuestro Señor Don Quijote de la Mancha rebelándose en contra de la intención burlona de Cervantes; también en el universo mecánico de Isaac Newton de leyes y certezas absolutas como en la relatividad especial y general de Albert Einstein en donde el espacio y el tiempo dependen de los marcos de referencia. Todo esto, y mucho más, es el espíritu en movimiento, cuando se encausa para bien del desarrollo humano.
            La bondad de ese espíritu también se manifiesta en la cultura física, y en sus actividades deportivas. La Historia del Hombre las registra.
            En la cultura occidental nos encontramos con los primeros juegos olímpicos, llevados al cabo en Olimpia, ciudad de la Hélade, donde en el año 776 tuvieron su inicio. Eran estos juegos sólo para hombres, tanto atletas como espectadores, y los competidores ejercían totalmente desnudos.
            Licurgo, al igual que Iphitus, señalan que esos juegos olímpicos tuvieron antecedentes en otros juegos anteriores, que se celebraban para suplir a las guerras entre ciudades vecinas.
            Los grandes poetas de todos esos juegos festivos, según registros de sus trabajos fueron: Hierón, Píndaro, y Esquilo.
            Este espíritu en movimiento sigue vivo en Londres en estos días; y eso nos honra a todos los seres humanos, si con ello podemos suplir a las guerras.
            Sin embargo, ese espíritu en movimiento suele generar afectaciones negativas para el desarrollo de nuestra especie. Así, tenemos ejemplos llenos de negatividad, en donde el espíritu en movimiento se rompe, se ensucia, se degrada, pisotea valores, y su hacer inexplicable no resiste análisis lógicos, apreciándose como absurdos e injustos, desde la perspectiva juiciosa de un simple sentido común.
            Como ejemplos de esos casos podemos citar a quienes quieren desestabilizar a México con la nulidad de la elección federal, a los que pretenden descarrilar las elecciones para presidente de los Estados Unidos de América, a los que desean la violencia en Siria para hacer explotar desde Irán hasta Israel.