La
reciente nota científica de la NASA es aterradora. Ese próximo choque entre la
Vía Láctea y Andrómeda será espeluznante. Estrellarse de frente dos galaxias,
según las observaciones del telescopio espacial Hubble, nos concierne a los
terrícolas, ya que nos destruirá como especie, si antes no nos acontece alguna
otra cosilla.
Claro,
ese aviso previo sitúa al acontecimiento apocalíptico, sobre el que escribo,
hasta de aquí a 4 mil millones de años; sin embargo, vale la pena prepararnos,
a efecto de ver si con alta tecnología podemos desviar a alguna de las dos
nebulosas beligerantes, o en su defecto buscamos con nomadismo sideral un nuevo
y mejor domicilio cósmico.
Mientras,
debemos hacerle frente a otros tipos de choques, como el que se prevé habrá en
estas accidentadas elecciones federales en las que se elige, además de otros
funcionarios, al Presidente de México.
Obvio
que el superficial enfrentamiento es entre los candidatos llamados: Enrique,
Andrés Manuel, Josefina, y Gabriel. La contienda formal es entre el PRI, PAN,
PRD, y Alianza; empero, la verdadera pelea es entre grupos audaces que
ambicionan el poder, en donde se mezclan acaudalados intereses de dentro y
fuera del país.
Su
apetencia los conduce a efectuar todo lo legalmente posible, y todo lo
delincuencialmente necesario. Analice la pancarta que portan tanto grupos
perredistas como panistas: "Mario Aburto, ¿en dónde estás cuando México
realmente te necesita?
El
fondo de ese mensaje se refiere al asesino material de Luis Donaldo Colosio, a
quien invocan para que se presente a matar al candidato del PRI, Enrique Peña
Nieto, y todo por ir adelante en las encuestas.
Pero
esta franca e irresponsable invitación al asesinato no únicamente puede tener
como posible sujeto pasivo a Peña Nieto, podría orientarse hacia Josefina
Vázquez Mota, o a Gabriel Quadri, o a Andrés Manuel López Obrador, ya que están
saliendo nuevos grupos de "yo soy
132" que no quieren que llegue a la Presidencia de la República López
Obrador.
Con
ello están desatando al viento, están arrojando más combustible a la hoguera,
están dando mayores motivos de irritación a esa parte bronca de nuestro país.
Violentar
es fácil; pacificar es muy difícil. Todo México presiente que los asesinos de
Manuel Buendía, Luis Donaldo Colosio, José Francisco Ruiz Massieu, Juan Jesús Posadas
Ocampo, y de aproximadamente 60 mil ultimados en esta guerra perversa, andan
sueltos.
Esas
mentes y manos homicidas hacen de todo. Lo mismo devalúan el peso frente al
dólar, que llenan de corrupción a las instituciones civiles y militares.
Realizan secuestros, mítines, roban, producen y comercializan drogas, paralizan
a las instituciones educativas, arrojan lodo a través de medios masivos de
comunicación contra gente honorable, y convulsionan al país.
Tiene
tantos entresijos nacionales e internacionales ese mundo de violencia, que es
urgente que el pueblo lo conozca a plenitud, a efecto de que pueda acabar con él.