lunes, 18 de junio de 2012

Hastiados de la Guerra ANHELAMOS UN HUMANISMO


            La campaña presidencial del 2012 ha transcurrido, en nuestro país, ante la mirada consciente de mexicanos hastiados de la guerra.
            Así, en singular, esa conflagración que nos tiene asqueados cubre todo tipo de beligerancias sanguinarias y reales, ya que no existe en el México actual una guerra oficial, legalmente declarada, pero sí existe una intensidad de la violencia que alcanza, de diversas formas, al gobierno estadunidense, al mexicano, a organizaciones criminales internacionalizadas de ambas naciones, que tienen como rehén y centro de ataque a los mexicanos.
            Producto de esa pesadilla carnicera hemos enterrado más de 60 mil cadáveres, y tenemos desaparecidos a cerca de 100 mil seres humanos. Esto, y más, forma parte del inventario que nos dejará el sexenio del Presidente Felipe Calderón Hinojosa, a su entender como algo necesario que le fue heredado, y como su mejor aporte a la Nación entera.
            Empero, al margen de esa equívoca percepción del Ejecutivo Federal, el pueblo de México se encuentra agobiado de tanta brutalidad asesina de las partes en conflicto, deseando una paz productiva, con una seguridad jurídica que abarque una armoniosa distribución de la riqueza.
            Con esa conciencia irá la ciudadanía a votar este próximo primero de julio, reprobando tanto la guerra calderoniana, que ha teñido el azul de sangre, como la guerra que prepara Andrés Manuel López Obrador si no le favorece el resultado en las urnas, con lo que manchará de sangre al amarillo.
            En principio, toda violencia venga de donde venga debe ser reprobada y superada. Ni la actitud agresiva de una derecha en el ejercicio del Poder Ejecutivo Federal ni la conducta arrebatada de una supuesta izquierda, que ambiciona a toda costa la Presidencia de la República, tienen ahora cabida en la aceptación ciudadana.
            Aspiramos a la paz, a una libertad con orden, a un orden con justicia. Deseamos una superior forma de organización socioeconómica, aquella a la que no nos han permitido acceder los dueños del gran capital amparado por la fuerza militar de los Esta dos Unidos de América, y sus obedientes socios minoritarios en el país.
            Recordemos que la historia de la violencia en México ha estado siempre ligada a la voluntad del gobierno gringo. No caigamos en su trampa, sea cual sea la careta que ahora se pongan.
            Ayer, en la consumación de la independencia de México en contra de la Corona Española, armó y puso en marcha a dos grupos masónicos conspiradores, yorkino uno y el otro escocés, ancestros de los partidos políticos del naciente país.
            Hoy, en el 2012, el poder estadunidense todo lo ha penetrado, y promueve el juego de las conjuras, a su antojo, en los grupos en contienda. Para todos tiene alientos, armas y dólares; a cambio, les exige obediencia y complicidad.
            Con nuestro voto, y todas nuestras acciones, decidamos a favor de una paz con humanismo productivo y justo.