miércoles, 27 de junio de 2012

Gran Torpeza LA MUERTE DE UN IDIOMA


     Nadie ha sabido, hasta el momento, cuántos idiomas ha habido en nuestro planeta como instrumento de comunicación entre los homínidos, esa especie a la que el ser humano pertenece.
     Sólo conocemos cuántos idiomas existen actualmente, y sobre todo cuáles son los de mayor uso: chino, inglés, hindi/urdu, castellano, árabe, portugués, ruso, bengalí, japonés, alemán y francés.
     Empero, ha manifestado la Organización de las Naciones Unidas, y no sin razón, que la muerte de un idioma es tan grave como la muerte de una cultura; y da a conocer que cada 15 días muere un idioma en la Tierra.
     En México, por ejemplo, un centenar de variantes lingüísticas sufren alto riesgo de desaparecer, y la cultura que representa fenece también. Tal es el caso del idioma ayapaneco, que se habla en Ayapa, comunidad de Jalpa de Méndez, Tabasco, en donde se le denomina sencillamente “la lengua” o “la palabra”.
     Esteban López ahí fue entrevistado, y denuncia que en esa comunidad indígena se les está muriendo el idioma, ya que quedan entre 15 y 20 hablantes del ayapaneco en su poblado, y todos de avanzada edad, al superar los 60 años.
     Sin embargo, nadie emplea el idioma de sus padres: Únicamente cuando se encuentran por los caminos del pueblo, y se saludan entre ellos, pero con el monosílabo apropiado.
     Los menores de edad ya no entienden “la palabra”. Ni la usan. Esteban tiene varias decenas de nietos, y ninguno conoce la lengua del abuelo. Y no parece importarles mucho.
     En realidad, a casi nadie le interesa que se muera el idioma ayapaneco. El mismo indígena discrimina a los viejos hablantes en ayapaneco, sin saber que afecta a su propia identidad y a su raíz cultural.
     Como una excepción honrosa Manuel Segovia y su hijo José se han propuesto rescatar su idioma, hablándolo y enseñándolo por doquier, pero con muchas resistencias de la población.
     México es uno de los nueve países con mayor diversidad lingüística de la Tierra, según el Programa de Revitalización de las Lenguas; y Valenzuela Rodarte, primero, y Silvio Zavala, después, hicieron el señalamiento de que a la llegada de los españoles al territorio de lo que hoy es México, en el año 1519, había más de 100 países indígenas, todos con su propio idioma. 
     Hoy, con 112 millones de habitantes, nuestra Nación cuenta con casi siete millones de hablantes de alguna lengua indígena. La mayor parte habita en los Estados de Chiapas y Oaxaca, en las zonas rurales, ya que en las ciudades es muy poco habitual escuchar otra lengua que no sea el español.
     En Michoacán debemos cuidar el Purépecha, el otomí, el mazahua y el náhuatl.
     Con esa riqueza cultural es necesario defender cada uno de los idiomas existentes en nuestro país, y no dejar que ninguno muera; pues es como morir nosotros mismos.