El
candidato a la Presidencia de la República que más escándalo genera se llama
Andrés Manuel López Obrador. Ayer sí, hoy sí, mañana también, este prospecto
que ejerce ya desde hace casi seis años como el Presidente Legítimo, de México,
provoca más bullicio que sus tres contendientes.
Lo
curioso en él, entre otras cosillas, es que sus deficiencias lo conducen a
achacar, a su adversario mayor, esas mismas anomalías.
Por
ejemplo, los nervios que le agarran a él lo obligan a decir que "Enrique
Peña Nieto anda muy nervioso". Otro ejemplo reciente es que la guerra
sucia que ha comenzado López Obrador lo motivan a expresar "que el PRI y
Enrique Peña han iniciado ya la guerra sucia".
Con
esta misma actitud psicológica señala: "Estoy seguro que ya llevamos la
delantera, porque ya empezaron a arreciar los ataques en mi contra",
cuando él mismo es el autor de las embestidas intensas.
"Enrique
Peña Nieto va en picada, y yo voy para arriba". Esta afirmación de López
Obrador buen humor, ya que lo que se observa es que la gente le sigue teniendo
desconfianza.
Si
estuviera tan cierto de lo que asegura, ¿por qué no ha querido firmar
públicamente un pacto en donde se comprometa a aceptar el resultado de la
votación del 1o de julio próximo?
Lo
que seguramente veremos, y padeceremos, es que al contarse los votos emitidos
dirá que ya lo había denunciado. Nos han vuelto a robar. Y por segunda vez será
el presidente legítimo, reeligiéndose en este cargo, amenazante, cada sexenio.
La
post elección será la peligrosa para la vida de nuestro país, puesto que no se
les quita de la cabeza que sólo la izquierda puede combatir la pobreza, el
desempleo y la inseguridad; que exclusivamente la izquierda puede hacer feliz a
los mexicanos.
Y,
claro, exclusivamente la izquierda es Andrés Manuel López. La izquierda soy yo,
al estilo puro del absolutismo francés: "El Estado soy yo" de Luis
XIV. Así que el monopolio de la izquierda únicamente lo ejerce el candidato
sol, y quien él autorice.
El
día que haya una izquierda seria, responsable, y eficaz, ésta ganará
limpiamente la Presidencia de México.
No
debemos olvidar, los michoacanos, lo que vimos y padecimos con la izquierda
perredista por 10 años en Michoacán. Nunca ha habido más pobreza, más
desempleo, más inseguridad, y más deuda pública. Nunca vimos más despotismo,
nepotismo, y bajísimos perfiles que terminaron con riqueza malhabida.
A
las encuestas nadie les tiene confianza. Se hacen al gusto de quien paga. A la
medida de la demanda y de la oferta. Las encuestadoras han entrado de lleno al
mundo del comercio, y hasta del negocio ilícito.
El
primero de julio será la elección, y ésta, sin ser encuesta, dará al traste con
todas ellas. El voto de los mexicanos debe ser el decisivo, por encima de la
voluntad de los gringos, de las televisoras, de los medios masivos de
comunicación, de los multimillonarios, del alto clero, y de quienes se creen
dueños absolutos de la verdad, de la izquierda, y de los jóvenes.