jueves, 21 de junio de 2012

G-20 en Baja California ATANDO LOS CABOS


            El Presidente Felipe Calderón Hinojosa, anfitrión de los jefes de estado y jefes de gobierno del llamado G-20 reunidos en la Cumbre de Los Cabos, dio la bienvenida e inauguró la reunión con los siguientes conceptos: "los ojos del mundo están sobre nosotros, los líderes del G-20 enfrentamos una gran responsabilidad".
            Y, en efecto, la atención de miles de millones de seres humanos está en lo que digan y hagan los representantes de los países que generan el 80% del producto interno bruto de todo el planeta y que, además, son mandatarios de las dos terceras partes de la población mundial.
            Claro que no todos los integrantes de ese grupo son poderosos, ni tienen características hegemónicas de alcance globalizador en sus decisiones. No hay duda que los importantes, ahí, son Estados Unidos de América, China, Alemania, Japón, Francia, Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda de Norte, y Rusia.
            Así que esos ricachones, y con ejércitos poderosos, son los responsables de la inestabilidad económica que sufre el mundo en estos tiempos. Tres de esos gobiernos forman parte de la Comunidad Europea, y ellos instruyeron a José Manuel Durao Barroso, para que públicamente y de entrada estableciera: "Europa no viene a Los Cabos a pedir lecciones de nadie... la crisis que ahora enfrentan los países de la eurozona se originó en América del Norte, y buena parte de nuestro sector financiero se vio contaminado por (como decirlo) prácticas poco ortodoxas de algunos sectores del mercado financiero".
            Lo dicho por el representante europeo es cierto. EU, la nación más poderosa, impone sus decisiones a las demás, descarga su responsabilidad en otras, y determina que sus deudas y sus crisis las paguen sus súbditas.
            Por ello, al ajustar EU sus recientes deficiencias, desajustaron a la Comunidad Europea; y no lo hicieron por maldad, sino por simple necesidad. El poderoso tiene ese privilegio.
            Tan es cierto lo anterior, que dentro de la Comunidad Europea acontece lo mismo. Siempre las gallinas de arriba zurran a las de abajo. De tal suerte que Alemania y Francia, al ajustarse para precaverse de la contaminación gringa, cargan los costos en Grecia y España, partes débiles de aquel hilo.
            Claro, lo anterior sólo es el análisis simplificado de una de las múltiples causas que han generado el quebranto europeo. Hay motivos internos dentro de esa unión que van desde el monismo monetario hasta los desniveles educativos de los pueblos unificados.
            Por otro lado, tales problemas no tienen efecto exclusivamente en EU y la Comunidad Europea, sino en todos los países de la Tierra. Esta es la razón por la que todas las miradas del mundo observaron está Cumbre del G-20.
            Y lo que se ha captado mundialmente es lo superficial, lo que los poderosos desean que se sepa, y por eso lo publicitan. Lo importante se da entre los tratos secretos, o discretos, entre ellos. Esto es lo real.