miércoles, 30 de noviembre de 2011

Suplir a la Violencia QUE PRESIDA LA LÓGICA

El problema más sentido es el de la violencia; ésta suele presentarse de muy diversas maneras, aunque en el fondo siempre consista en la aplicación excesiva de la fuerza, sin tener derecho a ello, y para afectar intereses legítimos de otro.
La violencia puede existir: en el hogar, entre la pareja, de padres a hijos, entre hermanos; en la escuela, de autoridades a trabajadores, de trabajadores a autoridades, de maestros a alumnos, de alumnos a maestros, entre alumnos; en las calles; en las comercios; en las  fábricas; en los mal llamados centros de readaptación social o cárceles; en los espectáculos; en el campo o en la ciudad; y, en fin, en todos los sitios en donde el hombre habita.
La violencia puede configurarse a niveles de guerra, o de simple pelea callejera, por una agresión tipificada como delito, o como simple falta a las reglas de trato urbano.
No hay duda que el crimen organizado tiene como herramienta a la violencia, la que también puede ser utilizada por un simple raterillo.
Así, la violencia puede ser a través de la fuerza física, pero también de la fuerza moral, la económica, la religiosa, la publicitaria, usando cualquiera de los medios de comunicación posibles, masivos o no.
Debemos descalificar a toda violencia, desterrándola de nuestra cultura. Dentro de nuestros usos y costumbres cotidianos debe ser extirpada toda fuerza excesiva de tipo ilícito que afecte los derechos de cualquier individuo o persona moral.
Señalado lo anterior, observo con preocupación las grabaciones que se publicitan sin ton ni son, al parecer promovidas por órganos del gobierno federal, y sólo con el perverso ánimo de desprestigiar, calumniar y  difamar a personas físicas y/o a personas morales, aplicando una violencia cobardona.
Con esta forma de violencia se viene dañando a partidos políticos, como al PRD y al PRI, a Silvano Aureoles Conejo, a una persona de nombre Julián Rodríguez, y recientemente a Leonel Godoy Rangel, quien sigue siendo gobernador de Michoacán. Si hay algo firme en contra de ellos, al respecto, que se proceda conforme a derecho, y que dé la cara y diga su nombre quien los denuncie.
Lo que no se vale, es que una mano anónima filtre a medios masivos de comunicación estas reales o teatralizadas conversaciones de supuestos delincuentes.
Y es inadmisible que dichos medios masivos de comunicación las publiciten como si fuera una verdad legal ya ejecutoriada, sin dar cuenta de quién las autoriza.
La gente, ante esas publicitaciones ilegales, no debe creer, descalificando a los calumniadores anónimos.
Es facilísimo poner a personas a imitar voces, y a grabarlos con el texto que uno desea; empero, es criminal y violento hacer que las publiciten masivamente como si fuera algo cierto. ¿Por qué, si es cierto, no procede legalmente la autoridad federal?
Suplamos a la violencia, de todo Michoacán y de todo México, para que presida la lógica.