Marko Cortés sabe que
está violando la Constitución de Michoacán, ya que ni nació en el Municipio de Morelia,
ni ha adquirido la vecindad legal requerida de al menos dos años antes al día
de la elección.
La vecindad en un
municipio no se adquiere sólo por tener una propiedad inmueble en el lugar,
sino que es necesaria la presencia personal del individuo, en el sitio, al
integrarse a la vida comunitaria.
Esa actitud chapucera
del candidato panista generará que no se vote por él ni por su partido, más
cuando del inmueble que compró en Morelia ni siquiera ha pagado el Impuesto
Predial, según notas periodísticas que lo exhiben como un incumplido de sus
obligaciones como mexicano, como lo dispone la fracción IV del artículo 31 de
nuestra Carta Magna.
Podríamos, acaso,
perdonarle a Marko que nos falte al respeto a los morelianos por su mendaz
participación en esta campaña electoral para elegir al Presidente Municipal de
Morelia; empero, lo que no debemos perdonarle es que se falte al respeto a sí
mismo.
Él contendía para la
gubernatura de Michoacán, y esta aspiración era legítima, hasta donde llega mi
información al respecto. De haber logrado esa candidatura del PAN, al Solio de
Ocampo, les hubiera ahorrado tanto al Presidente Felipe Calderón Hinojosa como
a su hermana Luisa María, la pena de perder, pues aún en el caso de un remotísimo
triunfo, éste se convertirá, por razones dialécticas, en un rotundo fracaso,
afectando a Michoacán en forma grave.
Qué vergüenza que
alguien que participaba para ocupar el máximo cargo en las ligas mayores del
Estado, se haya conformado sumisamente para ir como candidato a la liga
municipal. Para esto se requiere falta de carácter, una ambición capaz de todo,
y no tener sensatez alguna para faltarse al respeto a sí mismo.
Por otra parte, la
mercadotecnia y el erario federal le han sobrado en su campaña; lo que no pasa
desapercibido para el elector, quien no votará por Marko.
Y el PRD nulificó sus
posibilidades para el Municipio de Morelia, al designar de dedazo a una persona
demasiado conocida, en la que todos desconfiamos, de nombre Genovevo, siendo
los perredistas los que más sospechan de él.
Por fortuna el PRI
acertó al elegir como candidato a la Presidencia Municipal de Morelia al
Maestro Wilfrido Lázaro Medina, quien sin los grandes recursos económicos del
millonario Figueroa Zamudio fortalecido, además, por el erario estatal, y quien
sin los millones recibidos por Marko del presupuesto federal, hizo una campaña
eficaz.
Todo esto se reflejará
en las votaciones del próximo domingo 13 de noviembre, a las que debemos
concurrir todos los ciudadanos de Morelia, y de Michoacán, votando en legítima
defensa.
Saquemos al PRD del
gobierno de Michoacán; y no permitamos que el gobierno descalificado del
Presidente Felipe Calderón Hinojosa traslade, al estado, su sangrienta e ineficiente
forma de hacer política.