lunes, 31 de enero de 2011

DEBAJO DE LAS CIRCUNSTANCIAS

Faraones o Presidentes
DEBAJO DE LAS CIRCUNSTANCIAS
            Acaso hoy, o en el resto de la semana, sabremos si se va o se queda Horni Mubarak en el  cargo de Presidente de Egipto.
            Tiene ya en el ejercicio de ese cometido más de 30 años, suficientes para desgastar el prestigio con el que entró, y para superar en estadía en el poder a muchos de los antiguos faraones de aquellas tierras.
            Esta nueva etapa de desestabilidad política del mundo africano árabe comienza con la inmolación de Mohammed Bouazizi, universitario desempleado de 26 años, en Túnez, en donde después, hace unas semanas prendió la llamada Revolución de los Jazmines, la que echó del poder a Zine El Abidine Ben Alí, quien siendo formado por la Academia Militar Francesa es técnico en electrónica, durando más de 23 años en el cargo de Presidente de su país, y hoy exiliado en la Arabia Saudita.
            El pueblo tunecino lo echó del cargo a Ben Alí, por falta de alimentos básicos y carencia de empleo, a través de duras revueltas callejeras no esperadas por nadie.
            Ahora le ha tocado su turno al pueblo egipcio, quien está irritado por la altísima elevación del precio de los artículos de primera necesidad, la ausencia de empleos, los bajísimos salarios, el tedio que produce la mediocridad de un dictador de poco más de tres décadas, y la animosidad que contagia el reciente levantamiento tunecino.
            Tanto en Túnez como en Egipto la insurrección popular se ha hecho a través del internet, de la red, y de medios masivos de comunicación cibernética. Por Facebook han movido a cientos de miles de personas. Los tunecinos obtuvieron su propósito; los egipcios se encuentran en plena labor subversiva.
            En el inicio la rebelión fue en el Cairo, después Suez y Alejandría. Ahora parece expandirse por la mayoría de las ciudades del Nilo. Los enfrentamientos entre fuerzas armadas y la población han dejado hasta el momento más de 100 muertos, y poco más de 2000 heridos; y por más que el Presidente Mubarak cambia gabinete y promete variar de políticas, la población se reenardece, y exigen su salida del poder.
            El viernes de la ira y el sábado de la tormenta fueron de actividad belicosa por parte de la gente, en cambio, los soldados y la policía ha empezado a confraternizar con los sublevados, lo que hace que muchos analistas afirmen que las fuerzas armadas terminarán de sacar de la Presidencia a Mubarak.
            Sin embargo, hoy martes es un día clave, pues aun con la suspensión que se ha hecho en Egipto de los servicios modernos de comunicación cibernética y masiva, la población se está dando cita en la Plaza de la Liberación para tomar medidas; y ahí se verá si dichas fuerzas armadas apoyan al Presidente Mubarak, quien ha declarado a estas manifestaciones como “ilegales”, o auxilian al grueso de la población con sus sueños revolucionarios.
            La gente reclama un cambio total. La oposición se encuentra dirigida por los llamados Hermanos Musulmanes, y por la Asociación Nacional para el Cambio.
            Así que el ejército será, en este caso, el fiel de la balanza. O ataca sin más a la población para pacificarla por la fuerza de las armas, o provoca la renuncia, y expulsión de Egipto, de quien se encuentra por debajo de las circunstancias, el Presidente Mubarak.
            Al parecer, el próximo escenario en donde se repetirá este esquema es Yemen, y después podría recorrer los países del mundo, lamentablemente, incluyendo a México, podría ser el estilo de revolución del siglo XXI, exprés, barata, cibernética y eficaz.