lunes, 10 de enero de 2011

Y SE PIENSA POCO

Se Dice Tanto
Y SE PIENSA POCO                                                                                       
            Todos los días, en todos los lugares, y en diversos tonos, se dicen multitud de expresiones, escritas unas, orales otras, y muchas de ellas se publican en medios masivos de comunicación.
            Esa afluencia profusa de decires tiene su valor cuantitativo, de suyo, y no debe ser frenada, sino alentada para que mejore su calidad, pues por lo general se encuentra configurada de ocurrencias poco reflexionadas.
            Sólo como un ejemplo del formular frases, sin antes pensar un poco, tenemos la llamada “conferencia magistral dictada en el ITAM por José Ángel Gurría Treviño, secretario general de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE)”.
            Ese economista y político mexicano, quien fuera titular de la secretaría de Relaciones Exteriores, primero, y después secretario de Hacienda y Crédito Público, ambos cargos en el sexenio del Presidente Ernesto Zedillo, afirmó durante su intervención académica en el Instituto Tecnológico Autónomo de México: “La crisis es un lastre que tenemos y todavía no sabemos cuáles fueron todas sus secuelas y no sabemos si vamos a volver a caminar o si vamos a cojear de aquí en adelante… ya no se puede diferir más la reforma fiscal, porque hoy en día no es una opción, sino una necesidad… el sistema fiscal en México no ayuda ni un ápice a la distribución del ingreso… no habrá locomotora o locomotoras que nos jalen, y no nos queda otra más que remar…
            Curiosamente en nuestro país hemos venido escuchando y leyendo, todos los días, desde el año 1968, que nos encontramos en una crisis. Así que la palabra “crisis”, y la realidad que trata de indicar dicho concepto,  tiene entre nosotros cerca de 42 años; y José Ángel en el año 2000 aseguraba que “la crisis era una extraordinaria oportunidad para seguirnos desarrollando”.
            ¡Cómo cambia la gente!; antes, para la misma persona la crisis era una oportunidad extraordinaria, algo bueno, deseado por todos, pues era un factor de desarrollo; ahora, la crisis es un lastre con secuelas lesionantes de carácter grave.
            Frente a ese cambio de Gurría podía haber cuatro posibilidades: la primera, que hace diez años fuera veraz su afirmación, y ahora en el 2011 se equivocara; la segunda, que hace diez años fuera errónea su afirmación, y que en este año su decir fuese acertado; la tercera, que en las dos fechas fue atinado; y, la cuarta, que en ambas no dio pié con bola.
            En mi caso, aprecio sus frases transcritas como una incongruencia, como un desliz imperdonable de su parte, tanto por su profesión como por sus responsabilidades oficiales.
            Las crisis no pueden verse de inicio como oportunidades de desarrollo, o sea, como cosas buenas y deseables. Sería una idiotez dedicarnos a producir crisis cada hora con el fin de desarrollarnos más. Claro que otra cosa diferente es obtener, con inteligencia, de lo malo cosas buenas.
            Tampoco las crisis son un lastre, ya que siendo una crisis la manifestación aguda de un trastorno, o una situación difícil y tensa en la vida de las personas, o una ruptura del equilibrio económico, el lastre en cambio es un material que sirve para mejor conducir cierta navegación marítima o aérea.
            A nuestra economía no le van las desafortunadas metáforas de que si cojea o no, de si la jala una locomotora o si nos ponemos a remar todos. Y cuando se habla de reforma fiscal hay que precisar en qué consiste, no sólo nombrarla. Esto, por parte de José Ángel, es poco serio, y nuestro problema económico es muy preocupante, y nuestra pésima distribución del ingreso es criminal.
            No hay duda de que debemos pensar más, aunque digamos menos.