lunes, 24 de enero de 2011

GOBIERNO A LA ITALIANA

Sexismo Berlusconiano
GOBIERNO A LA ITALIANA
            Silvio Berlusconi, primer ministro italiano, es un magnate que primero logró amasar una fortuna millonaria en el área de las comunicaciones, y quien después, en la política, ha ganado tres elecciones que lo han conducido tres veces a la primera magistratura de Italia, en 1994, en 2001 y en 2008.
            Durante sus 16 años como político lo ha acompañado, irremisiblemente, el escándalo, tanto en la economía como en el sexo y, esto, curiosamente, le ha proporcionado éxitos electorales.
            Ahora, de nueva cuenta atraviesa por un periodo difícil. El efecto acumulativo de sus aquelarres lo ha dañado frente a los gobiernos de los países del mundo, ante la propia autoridad italiana, de cara al Vaticano, seguramente al seno de su propia familia le ha causado dificultades; empero, si se tuviera que llamar a elecciones, y Berlusconi se presenta en ellas como candidato, lo más seguro es que vuelva a ganarlas.
            Acaso los pecados de Berlusconi no sean tan impopulares en la actual Italia, sobre todo los carnales y los correspondientes al dinero.
            En los tiempos de Dante Alighieri (1265-1321) los pecadores por dinero y por sexo se encontraban en el infierno. En el Canto V de la Divina Comedia encontramos en terceto: “Esos a quienes los vientos acometen/ los pecados son, torpes, carnales,/que al apetito la razón someten”.
            Pero hoy por hoy, en el 2011, las apetencias de sexo y dinero se observan con simpatía, y en los mejores carteles turísticos promoviendo a Italia aparecen chicas lindísimas con gráciles y livianos bikinis, llevando como paisaje lo mejor de la arquitectura en esas tierras de la bota itálica, con la frase atractiva: “Italia es lo más sexy”.
            El político y periodista Luigi Preti, (1914-2009) en Tempo, expresó: “El italiano es indiferente e, incluso, admira al político que se aprovecha con comportamientos eficaces y desenvueltos, incompatibles con su responsabilidad y dignidad”.
            Y no pocos italianos cuando les dan la palabra “inmoralidad”, para que la relacionen con alguien, contestan rápido: Berlusconi; y, sin embargo, les parece atractivo electoralmente.
            El Vaticano ha criticado a Berlusconi, aunque de manera semivelada al no decir su nombre. El cardenal Tarcisio Bertone ha exigido mayor rigor moral a los políticos de Italia, reprobando “a todos aquellos que organizan fiestas sexuales con jóvenes prostitutas”.
            Supuestamente Berlusconi, de 74 años, invitó a la joven marroquí de 17 años Karima El Mahroug a reuniones en su residencia en las afueras de Milán. Y ella, quien aparece en las fotografías como una mujer madura y hermosa, ha negado todo; pero, el primer ministro Berlusconi al través de una llamada telefónica a una comisaria en donde estaba acusada de robo, el pasado 27 de mayo, dispuso se le dejara en libertad por tratarse de una pariente del presidente egipcio, Hosni Mubarak, sin ser cierto ese parentesco.
            Todo esto ha ocasionado que tanto la Cámara de Senadores como la de Diputados traten el caso, para dar un voto de confianza, o uno de censura al primer ministro, logrando don Silvio que las dos le den apoyo, aunque en la segunda de las cámaras con muy poco margen. Así, una vez más, este pícaro personaje sobrevive.
            El dinero y el sexo motivan las ansias más naturales y propias de Berlusconi, haciendo de su administración un auténtico gobierno a la italiana.
            Aunque en realidad, ese ADN italiano corre por las venas de no pocos políticos mexicanos.