lunes, 29 de noviembre de 2010

TODA UNA TRAGEDIA

Volver al Pasado
TODA UNA TRAGEDIA                                                                         
            Algo grave le está aconteciendo al Presidente Felipe Calderón Hinojosa cuando este domingo próximo pasado aseguró, ante cerca de 10 mil burócratas panistas, que: “Volver al pasado es una tragedia”.
            Esa reunión partidista de color azul estuvo disfrazada de algo que llamaron Encuentro Ciudadano, y ahí Calderón parece haber discurseado irresponsablemente como un simple y despistado jefe de partido, y no como un Presidente de la República; empero, esto no es tan riesgoso.
            Lo peligroso es que un Presidente de México crea que es posible “volver al pasado”, cuando la realidad y el sentido común nos indican que, hasta el momento, nadie ha podido hacerlo.
            Sí, es verdad que en algunas novelas, cuentos, historietas, mitos, creencias mágicas, películas, los autores de ellas han dado en su acto creativo rienda suelta a esa imaginaria pretensión, pero hasta allí. Por ejemplo, H. G. Wells en el siglo XX con su libro La máquina del tiempo no sólo vendió millones de ejemplares, sino alborotó antiguos y nuevos sueños al respecto.
            Sin embargo, los viajeros en el tiempo no existen hasta hoy. Las dilataciones temporales en la teoría de la relatividad de Albert Einstein ni siquiera se dirigen prácticamente hacia esa posibilidad. El físico Stephen Hawking ha ofrecido, con cierto gracejo, una prueba irrefutable de la imposibilidad de viajar al pasado o al futuro: “No conozco ningún turista, sano mentalmente, que pague el viaje para irse del presente rumbo a otro tiempo”.
            Y eso lo entiende cualquier persona con sentido común. Nadie, que yo sepa, se ha podido despegar de ese presente pegadizo y terco con el que nacemos y también morimos. Por eso el pasado es el presente bajo la modalidad de haberlo sido; y. el futuro es también el presente, pero bajo la modalidad de no serlo todavía.
             Así que la mentirosa frase de que “Volver al pasado es una tragedia”, ni es tragedia ni se puede volver al pasado.
            Es tan errónea la afirmación que analizo, pronunciada por el Presidente Felipe Calderón, como equívocos resultan los que lo señalan a él como “un emisario de los malos tiempos idos”, asegurando que representa a una derecha sinarquista, cristera, porfirista, sucesora de Leonardo Márquez, de Maximiliano de Habsburgo, y de Agustín de Iturbide.
            Es un yerro, una pifia, un extravío histórico, lo que aseveran algunos enemigos del PAN y del Presidente Calderón, al hacer esos comparativos históricos de manera tan mecanicista, tan desacertados como el propio Calderón Hinojosa al firmar lo transcrito y analizado, ya que todo en la vida es dialéctico. Heráclito nos dejó dicho, en los fragmentos que sobreviven de sus obras: “Nunca podrás bañarte en el mismo río, pues nuevas aguas vienen tras las aguas”.
            Lo que seguramente acontece es que Felipe Calderón observa que el PRI con Beatriz Paredes Rangel y Enrique Peña Nieto tienen porcentajes elevados de ganar las elecciones a la Presidencia de la República en el año 2012; y él, en su carácter de Presidente, hará lo más absurdo para no entregar el poder presidencial a otro partido.
            Y si Felipe no entregara el poder al candidato triunfante de otro partido político, o lo confiriera a las fuerzas armadas, en ese supuesto no es que regresemos al pasado, será sólo el caso de un Presidente despistado, irresponsable, apuntando con sus actos ilegales rumbo a un futuro de ignominia y vergüenza, nada más y nada menos.