miércoles, 24 de noviembre de 2010

CON TODOS LOS COSTOS

Frases sin Sustento
CON TODOS LOS COSTOS                                                                                
            Ignoro si al secretario de Gobernación, José Francisco Blake Mora, le escriban los discursos que suele leer; no sé si él los dicte y luego los lea ante el público correspondiente, o si sea un simple lector de discursos ajenos; lo que sí observo es que se percibe, en sus intervenciones oratorias, el deseo de emitir frases contundentes, pero sin sustento.
            Un frecuente equívoco de los oradores, tanto de los grandes como de los pequeños, es el de tener como su principal tarea la de forjar frases lapidarias que duren hasta la eternidad, aunque no tengan soporte lógico ni resistan el más ligero de los análisis.
            Así, desde Boca del Río, Veracruz, y en la Conferencia Nacional de Gobernadores, (CONAGO) el secretario Blake dio lectura a su discurso: “Hay que enfrentar a la delincuencia organizada con todos los costos o mañana puede ser demasiado tarde”.
            Y la primera pregunta ante tan drástica aseveración es: y, ¿qué entiende por todos los costos?
            Todos los costos seguramente son, sin excluir ninguno: perder el territorio patrio y todos los bienes y servicios producidos en el país, acabar con la vida de todos los mexicanos. Todos los costos significa terminar con toda la dignidad y el decoro. En verdad, todos los costos son demasiados, por cubrirlo todo.
            Pero algo más, ¿qué es lo que vamos a salvar en esa absurda guerra, si estamos dispuestos a sacrificar todo en ella?
            Nos expresó José Francisco Blake una aporía; seguramente sin saberlo, posiblemente sin entenderlo; como quien nos aconseja que para vencer a la muerte tenemos que suicidarnos, o como quien se suicida por temor a la muerte.
            Lo que nos indica con su frase es que gastemos todo, que paguemos hasta con la vida, los bienes y el respeto, y todo exclusivamente para enfrentar a la delincuencia organizada, ya que ni siquiera nos asegura que la vamos a vencer, sino sólo vamos a enfrentarla.
            Obvio resulta que el costo beneficio contiene, en el decir del señor secretario de Gobernación, un desequilibrio brutal. Y la frase fue para el consumo de los gobernadores presentes, y al emisor le pareció tan brillante que la publicitó para el conocimiento de todo México.
            Y nos lanzó la prevención sentenciosa de que mañana puede ser demasiado tarde, sin explicarnos tarde para qué, a qué mañana se refiere. Dejándonos en un mundo de simbolismos lingüísticos, más cuando agregó: “El reloj marca la hora y hay que asumir los riesgos y costos que implica cambiar”.
            Supongo que todos los gobernadores, y todos los mexicanos con capacidad de entender y de querer, sabemos que todo reloj, en buen estado y por su propia naturaleza, suele marcar la hora, y los minutos y los segundos, si para ello fue construido. Y todos queremos cambiar, pero para bien, no para mal. Como también sabemos que todo tiene costos y riesgos, pero con inteligencia debemos y podemos reducir los costos y disminuir los riesgos de los cambios deseados.
            Por igual, todos estamos de acuerdo en que “no sería ético ni viable que el gobierno federal aplicara una política de no hacer nada”, como tampoco sería ético ni viable que el gobierno federal fuera una fabrica incansable de hacer tonterías, y de emitir frases que únicamente tienen la fachada gramatical, pero adolecen de lógica.