lunes, 15 de noviembre de 2010

PARTIDO LIBERAL MEXICANO

Anarco-socialismo Revolucionario
PARTIDO LIBERAL MEXICANO                                                                                       
            Los fundadores del Partido Liberal Mexicano fueron Ricardo Flores Magón, Juan Sarabia, Jesús Flores Magón, Antonio Díaz Soto y Gama, Enrique Flores Magón, Anselmo L. Figueroa, Manuel Sarabia, Práxedis G. Guerrero, Rosalío Bustamante, Esteban Baca Calderón, Manuel M. Diéguez, Margarita Ortega, Librado Rivera, Antonio I. Villareal, entre otros.
            Ese partido político se fundó el 1º de julio de 1906, y publicó su Programa, junto con un Manifiesto a la Nación, desde la ciudad de San Luis, Missouri, en los Estados Unidos de América, en el número 11 del periódico Regeneración.
            El nombre de “liberal” se lo pusieron a ese partido por el prestigio que el término y la doctrina tuvieron en el siglo XIX y a inicios del siglo XX. Los principios ideológicos promovidos en México por José María Luis Mora y Valentín Gómez Farías, inicialmente, y proseguidos por Juan Álvarez, Benito Juárez, Melchor Ocampo, Miguel y Sebastián Lerdo de Tejada, José María Iglesias, Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez, Ignacio Manuel Altamirano, conjuntamente con muchos más, dieron lugar para que el grupo encabezado por los Flores Magón así lo denominara: Partido Liberal Mexicano.
            Empero, muy poco tenía de liberal ese partido, y esos fundadores. Cierto que los padres de la mayoría de ellos habían sido liberales, pero los hijos ya habían devenido a posiciones anarquistas, socialista, o comunista; por ejemplo, el teniente coronel Teodoro Flores, padre de los Flores Magón, participó destacadamente en la batalla del 2 de abril de 1867 al mando del joven general Porfirio Díaz.
            Curiosamente ese partido liberal dio impulso e ideas a Francisco I. Madero, y éste auxilio económicamente al partido para pagar impresiones del periódico Regeneración; incluso, Madero les propuso entrar a la contienda electoral del 1910 llevándolo como candidato, y tiempo después los volvió a invitar a adherirse al Plan de San Luis, para derrocar al Presidente Porfirio Díaz.
            Sin embargo, Ricardo Flores Magón rechazó el ofrecimiento, pues consideraba que el movimiento de Madero era una simple rebelión burguesa, sin propuestas sociales. Para el Partido Liberal Mexicano la Revolución debería ser económica, aboliendo al Estado y a la propiedad privada.
            La frase que utilizaba dicho partido, acompañada de un crespón negro, era: “La Constitución ha muerto”. Cuando rentaron el periódico El hijo del Ahuizote, ésa fue su expresión, usada también por su colaborador y compañero José Guadalupe Posada.
            Los miembros de ese partido tomaron como base la lectura propia que hacían de su realidad, pero los orientaban para su lucha revolucionaria sus autores favoritos: Mijaíl Bakunin, Pedro José Proudhon, Emma Goldman, Carlos Marx, Federico Engels, Stirner, Kropotkin, destacados intelectuales nada afectos al liberalismo.
            En el desarrollo de la lucha revolucionaria, algunos de los miembros del Partido Liberal Mexicano colaboraron con el Presidente Madero, y posteriormente con el Constitucionalismo que encabezó Venustiano Carranza, y después Álvaro Obregón; pero, la mayoría del Partido Liberal Mexicano siguió fiel y congruente con su anarquismo de tendencias socialistas y comunistas, llegando a provocar levantamientos en la península de Baja California para convertirla en un fuerte brazo revolucionario anarco-socialista.
            Al triunfo de la Revolución, y a la muerte de Ricardo Flores Magón en la cárcel de Kansas, en los EU, el 21 de noviembre de 1922, los gobiernos de México lo reconocieron a él y a todos los miembros del Partido Liberal Mexicano como precursores de la Revolución, sin jamás aceptar sus ideas: “Queríamos hacer un hombre de cada animal humano; ellos, más prácticos, han hecho un animal de cada hombre, y se han hecho ellos mismos pastores del rebaño. Sin embargo, preferimos ser soñadores que hombres prácticos… La dictadura de la burguesía o del proletariado es siempre tiranía, y la libertad no puede alcanzarse por medio de la tiranía…Las relaciones sociales entre los hombres se han pervertido tanto, que es más fácil obrar mal que conducirse correctamente."
            ¡He aquí la parte radical de izquierda de la Revolución de 1910!, honesta, limpia, acertada en su diagnóstico, y de una ingenuidad infantil trágica en sus procedimientos y metas.