lunes, 31 de agosto de 2015

Medidas a medias
MALES ORGÁNICOS DE LA REPÚBLICA
        Era necesario, para bien del país y del propio Presidente Enrique Peña Nieto, hacer algunos cambios en el gabinete. Con alguna tardanza, pero ya se realizaron.
        Fueron más los enroques que el ingreso de nuevos elementos; y, al parecer, no hay nadie de los posicionados que pueda aportar, a la administración federal, inéditas perspectivas y opciones de solución distinta.
        El discurso esgrimido por el Presidente Peña Nieto para explicar y justificar esos relevos se sintetiza en: "... efectúo los cambios para hacer frente a las nuevas circunstancias y desafíos que tenemos como país."
        En realidad, nuestras circunstancias en México no son tan nuevas, y los actuales desafíos que enfrentamos los mexicanos no resultan tan desconocidos.
        Es cierto lo magistralmente escrito por el poeta argentino Francisco Luis Bernárdez (1900-1978): "Lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado". Como también es verdad, en esa misma medida, qué lo que el árbol tiene de podrido adviene por las raíces que ha enterrado.
        Así, nuestras circunstancias y desafíos se desprenden de nuestra raíz, tallo, ramas, hojas, flor y fruto de nuestra existencia como nación, enclavada ésta en un planeta de naciones mundializadas.
        Dentro de esa realidad, dialéctica y globalizada, amén de tener que observar en el gabinete legal y ampliado quiénes de sus miembros están enfermos, cansados, rebasados, desgastados, incapacitados, tiene, sobretodo, que revisarse con responsabilidad el rumbo, la hondura, la esencia, de las políticas gubernativas.
        No es cosa exclusivamente de "acelerar las acciones por parte de los nuevos funcionarios", ya que no es la simple velocidad ni la rapidez la que califica de buenos los actos de autoridad.
        Primero, aseguremos de que las acciones sean excelentes para la mayoría de las familias mexicanas, viables, oportunas, válidas, operantes, legales; y, segundo, deben ejecutarse expeditamente.
        En nuestras relaciones exteriores no todo es turismo, en desarrollo social no todo es diplomacia, en educación no todo es asesoramiento y manejo de la oficina presidencial, en turismo no todo es financiamiento comercial hacia el exterior.
        Con lo anterior doy ejemplos de lo que se observa en ese ramillete de cambios tan publicitado como en impugnación. Las ponderaciones son promovidas por el gobierno; los ataques por los opositores a la actual administración federal. Esos dos activos que, en su terca confronta, afectan al desarrollo nacional.
        Un gabinete presidencial es un colectivo de gran responsabilidad.       
        Los lineamentos generales y abstractos de política gubernativa, desde nuestra Carta Magna hasta el Plan Nacional de Desarrollo, deben bajarse al mundo de lo concreto y cotidiano, para bien encauzar nuestros fenómenos sociales encendidos y efervescentes en este 2015.
        Las medidas a medias son equívocas. Si son buenas para la población necesitan ser enteras y a fondo, legales y prontas. Los males orgánicos de nuestra república están a la vista.
        ¿Ese gabinete reconfigurado auxiliará a la solución de los graves y antañones problemas que padece nuestra república?
        Si así no lo hicieren...