Sistema de partidos
políticos
PARADIGMA DE LO NO
CONFIABLE
El sistema de partidos políticos en
México no vive sus mejores momentos. Su desgaste es tremendo, y las
consecuencias de estos daños se suman a la lista de males que aquejan al país.
La mayoría de la población los juzga
como instrumentos inútiles, carísimos, no confiables, perversos, manejados o
por un líder mesiánico, o por una dupla gandaya, o por una pandilla, o por una
familia inmoral, o por un gobierno, o por bucaneros que obtuvieron la patente, pero
eso sí, todos los partidos están alejados de la función político jurídica que
les es propia.
Alfredo Ríos Camarena, amigo y compañero
periodista en la Revista Siempre!, observa que las cúpulas de los partidos han
cerrado el acceso de sus candidaturas a la ciudadanía en general, y a sus
propios militantes, convirtiendo a esas candidaturas en su propio botín; y, por
ello, "al parecer la dicotomía del futuro inmediato es partidos políticos
vs. candidaturas ciudadanas".
Uno de los ejemplos de esta confronta es
el sonado caso del candidato independiente a la gubernatura del Estado de Nuevo
León, Jaime Rodríguez Calderón, apodado "el bronco", y quien, al
parecer hasta el momento, puntea en las preferencias de la ciudadanía de
aquella entidad federativa, preocupando a sus competidores y a los partidos
políticos, pero también, si es una persona con un mínimo de responsabilidad,
preocupándose él mismo ante las posibilidades y consecuencias de su posible
triunfo.
No desconozco que desde hace muchos años
los superficiales juguetones del lenguaje suelen responder con la trillada
expresión: "yo no me preocupo, me ocupo"; empero, lo que se le viene
encima a ese candidato independiente no se resuelve con divertimientos
lingüísticos, sino con una gran capacidad de organización y seguro sentido del
rumbo que debe tomar esa administración pública estatal.
Jaime Rodríguez tiene una personalidad
controvertida. Al mismo tiempo que le gusta publicitarse como gente de a
caballo, dragonea como un habilidoso utilizador de los medios masivos de tipo
cibernético y electrónico. Tiene 57 años, con actitudes de un hombre de 20 años
menos. Los electores, ante el bronco, están en su contra o a su favor, pero no
da lugar a términos medios. El ex presidente Felipe Calderón Hinojosa,
iniciando el ataque, lo juzgó como más peligroso que Hugo Chávez, y Jaime de
inmediato le salió al paso para, con lapidarias palabras, asegurar que Felipe
ofende según su grado de embriaguez.
Ante
algunas preguntas que le han formulado, Jaime Rodríguez ha dado respuestas serias.
Lo obvio es que se enganchara al ritmo de los punteros, en esa campaña
electoral, y la realidad es que desde el principio él les viene marcando el
paso a todos los contendientes.
Asegura tener respeto por las
instituciones, pero su conducta va en contra de todo el sistema. Desea hacer de
la política algo correcto, y él a sí mismo se califica como "un político
incorrecto".
¡Pronto la realidad se hará presente!