Encontrar lo que no
se buscaba
LA CONDICIÓN HUMANA,
A LO MEXICANO
Bajo actitud compulsiva el gobierno
federal comenzó buscando a 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de
Ayotzinapa, del Estado de Guerrero, desaparecidos después de ser capturados por
la policía de Iguala, y con estupor desconcertado se encontró con decenas de
tumbas colectivas que encubrían cadáveres de desconocidos.
Indagaban sobre un sepulcro ilícito de
43, y se toparon con decenas de tumbas ilícitas con cientos de víctimas. Iban
sobre un caso lamentabilísimo, pero aislado, y se tropezaron con un denominador
común de pus profunda y de putrefacción con niveles internacionales.
Para su asombro, y su mayor enredo, encontraron
lo que no buscaban: nuestro espejo; y siguen escarbando y hasta buceando con
nervioso empeño, sin poder obtener lo que con apetencia inquieren por necesidad
gubernativa.
Ante un escenario de esa magnitud, ocupado
a su vez por otros explosivos problemas nacionales, las autoridades competentes
se han exhibido incompetentes para ubicar a los 43 jóvenes buscados inicialmente,
a pesar de las presiones, marchas y reclamos, de diferentes signos.
Pero, además, ya está en movimiento un
proceso electoral que toca, de diversas maneras, a la federación, a los estados
y a los municipios, dando un caldo de cultivo muy especial para aquellos que
gustan de ir a pescar a río revuelto, sin más ideología que la de su propio
provecho o con el solo propósito de cebar su odio en la destrucción de las
instituciones.
Esa rebatinga que se ve venir, por
desgracia para nuestro país, nos recuerda el caos en que se vio envuelta
nuestra nación en sus primeras décadas de vida independiente, y perfila ya la
rica variedad de sujetos que muestra la condición humana del México 2014 en
plena actividad pícara y miserable.
Tomo, en el mejor aspecto, el título y
el contenido de la obra de quien fue Ministro de Cultura de Francia en los
tiempos del general De Gaulle, André Malraux, La condición humana, en la que, sin haber estado nunca en China, aunque
sí en Indochina, con magistral talento ese aventurero autodidacta da cuenta, y
novela, entre los episodios de la Guerra Civil China del siglo XX, las
descarnadas y complejas conductas de sus personajes, entre otros: Kyo, Chen,
Katov, Gisors, y May.
Aquellos tiempos y espacios novelados
son irrepetibles, pero con nuestros tiempos y nuestros espacios se hermanan en
la lucha por el poder, lo que hace que aquellos sujetos, y éstos, sean capaces
de todo, y en contra de todos.
Los nuestros, a la mexicana del 2014, se
ven como sombras, sórdidas, rapaces, ambiciosas, mezquinas, desvaídos,
oportunistas, huecas, y ladinas a más no poder. Son la picaresca nacional en su
apogeo, y en su actitud criminal.
¿Qué hacer frente a lo anterior? Ser
responsables.
Permitir, alentar, y encauzar, que
millones de mexicanos decidan y actúen directamente en la solución de los
problemas que nos son comunes. ¡Creer en México es creer en los mexicanos!