miércoles, 29 de octubre de 2014

En Apatzingán se sanciona
NUESTRAS RAÍCES BICENTENARIAS    
        No pocos han creído que los diputados que tuvieron formalmente la atribución de elaborar el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana sesionaron, en Apatzingán, para iniciar, discutir, aprobar, sancionar, promulgar y publicar, dicho valioso documento insurgente.
        Algo de eso pasó, pero no todo el proceso legislativo. En el propio texto se expresa que: "... en la sesión legislativa de 22 de octubre del presente año, para fijar la forma de gobierno que debe regir a los pueblos de esta América, mientras que la NACIÓN, libre de los enemigos que la oprimen, dicta su constitución, ha tenido a bien sancionar el siguiente DECRETO CONSTITUCIONAL PARA LA LIBERTAD DE LA AMÉRICA MEXICANA".
        Así que en Apatzingán sólo se sancionó; y en muchos otros pueblos y rancherías, y hasta en espacios campiranos durante su recorrido, los miembros de ese Congreso de Anáhuac, o al menos algunos de ellos, socializaron sus ideas, apuntaron, discutieron, y llegaron a acuerdos parciales sobre el texto de ese documento histórico que hoy en su sanción cumple 200 años.
        Algo más debe precisarse. Para los legisladores del Congreso del Anáhuac, situados en Apatzingán, lo que estaban sancionando no era una constitución, sino solamente un decreto de carácter constitucional. En su conciencia, y en su poca experiencia legislativo constitucional, tenían claro que exclusivamente "la NACIÓN, libre de los enemigos que la oprimen, dicta su constitución", y que el "SUPREMO CONGRESO MEXICANO deseoso de llenar las heroicas miras de la NACIÓN, elevadas nada menos que al sublime objeto de sustraerse para siempre de la dominación extranjera, y sustituir al despotismo de la monarquía de España... decreta la siguiente forma de gobierno... los principios tan sencillos como luminosos en que puede solamente cimentarse una constitución justa y saludable."
        Sin embargo, aún en contra de su propia expresión, los legisladores de ese decreto produjeron una ejemplar constitución que, en la realidad de toda la Nueva España, no tuvo ni vigencia ni positividad, pero que configuró una excelente arma legislativa insurgente para aquellas épocas y, para las nuestras, un ejemplo de fuente histórica de nuestro sistema jurídico.
        A la distancia de 200 años el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana se observa como toda una proeza, digna de remembranza, y con mérito a un justo reconocimiento.
        La semilla de ese preciso desarrollo constituyente que tuvo una destacada etapa el 22 de octubre del año 1814, en el caserío de Apatzingán, lo fue la decisión de un puñado de seres humanos encabezados por Miguel Hidalgo y Costilla para levantarse en armas, el 16 de septiembre del 1810 en el curato de Dolores, en contra de la esclavitud, de la dependencia de España invadida por Napoleón, en contra de la división en castas, y del despojo de las tierras a sus originales propietarios.
        Así se vislumbra todo origen de lucha social, pues es lo que despierta el coraje de destruir un sistema oprobioso.