miércoles, 11 de septiembre de 2013

Tiempo de bicentenarios GRAVES PROBLEMAS; DÉBILES REFORMAS

        Desde hace poco más de un lustro México vive el tiempo de los bicentenarios, con todo lo que esto implica.
        2008 fue el bicentenario de las juntas del Ayuntamiento de la Ciudad de México, en donde destacaron Francisco Primo de Verdad y Melchor de Talamantes.
        La conspiración de Valladolid tuvo su bicentenario en el 2009, recordando a Mariano Michelena y a José María García Obeso, entre otros.
        El 2010 fue el bicentenario del inicio de la Independencia de México, encabezada por Miguel Hidalgo e Ignacio Allende.
        En 2011 advino el bicentenario de la Suprema Junta Nacional Americana instaurada en Zitácuaro, con los Elementos constitucionales, obra normativa formulada básicamente por el abogado Ignacio López Rayón.
        La Constitución de Cádiz, que siendo obra de insurgentes de España y sus colonias fue clave para muchos hechos históricos acaecidos en la Nueva España, tuvo su bicentenario en el 2012.
        Y en el 2013 que transcurre se cumple el bicentenario de los Sentimiento de la Nación, presentados por José María Morelos el 14 de septiembre del 1813 ante el Congreso de Anáhuac reunido en Chilpancingo.       
        En la misiva que firmó Miguel Hidalgo y Costilla desde el "Cuartel General de la ciudad de Celaya, a 21 de Septiembre de 1810", dirigida al "Señor Intendente de la Provincia de Guanajuato, Don Juan Antonio de Riaño", detectamos, como ya lo he escrito, el uso de dos conceptos: el primero, "sentimientos"; y, el segundo, "Nación".
        Los transcribiré dentro de su contexto epistolar: "Me encuentro actualmente rodeado de más de cuatro mil hombres que me han proclamado su Capitán General... No hay remedio señor Intendente, el movimiento actual es grande y mucho más cundo se trata de recobrar derechos santos, concedidos por Dios a los mexicanos, y usurpados por unos conquistadores crueles, bastardos e injustos que, auxiliados de la ignorancia de los naturales y acumulando pretextos santos y venerables, pasaron por usurparles sus costumbres y propiedades, y vilmente de hombres libres convertirlos a la degradante condición de esclavos. El paso lo tendrá V.S. por inmaduro y aislado; pero esto es un error; verdad es que ha sido antes del tiempo prefijado, pero esto no quita que mucha parte de la Nación no abrigue los mismos sentimientos".
        La segunda oleada de esa insurgencia la encabezó José María Morelos y Pavón, quien desde su sensibilidad amplia y su eficaz talento supo interpretar esos "Sentimientos de la Nación", dándoles la estructura en contenido y forma con la que fueron presentados.
        A 200 años de esos Sentimientos de la Nación retomemos los sentimientos vigentes y aplicables, pero sin dejar de preguntarnos para obtener la respuesta necesaria: ¿qué sentimientos tiene la Nación en este 2013 frente a tantos graves problemas y tantas débiles reformas?
        Pronto tendremos más bicentenarios. El de la Constitución de Apatzingán en el 2014, y en 2015 el del Primer Supremo Tribunal en Ario. ¿Qué problemas viviremos?, y ¿cuántas reformas darán frutos positivos?