lunes, 2 de septiembre de 2013

¡Que nadie se equivoque! NO A LA VIOLENCIA; SÍ A LA COERCITIVIDAD

        Quien no sabe aplicar la coercitividad siendo servidor público, no llena los requisitos para serlo.
        La coercitividad es la fuerza pública que el gobierno ejerce, a nombre de todo el estado, a través de las autoridades competentes, para hacer cumplir en todo caso el sistema jurídico vigente.
        A contrapartida, la violencia siempre será una fuerza ilegal, provenga de quien provenga. Existen autoridades, gobiernos, y estados violentos. Son los llamados represores, porque sus actos de autoridad siempre se encuentran fuera de la ley.
        Por igual, los particulares pueden ser sujetos activos de violencia, individualmente o en grupo; y, en este último caso el colectivo puede ser de dos o de muchedumbre. Y en cualquiera de estos supuestos, esa fuerza violenta generada está fuera de la ley, puesto que, en el mejor de los casos, nadie puede hacerse justicia por su propia mano e, incurre, en el ejercicio ilícito de su propio derecho.
        ¡Nadie se equivoque! Todos debemos tener claros nuestros propios conceptos en relación a la realidad que estamos viviendo.
        No hay lugar para confusiones. Exigir que "al conflicto magisterial no se le aplique la violencia", es correcto, ya que a la violencia ilícita aplicada por maestros beligerantes no deben las autoridades responderles con violencia, sino con la coercitividad que nuestro derecho permite.
        Violencia, ¡no!, venga de donde venga; coercitividad ¡sí!, en contra de todo el que con sus actos viole el sistema de derecho vigente en México. Y es un hecho a la vista, notorio, que algunos de los que promueven ese conflicto magisterial han transgredido la ley, siendo violentos.
        La salida violenta al conflicto magisterial sería un ilícito, y por ende un error; mientras que la solución coercitiva a dicho embrollo será siempre lo legalmente acertado.
        Afirman, por ahí, que "el uso de la fuerza es el fracaso de la política", sin aclarar a qué "fuerza" están haciendo referencia, y a qué "política". La frase es demasiado genérica que para ser aceptada. La fuerza aplicada por los grupos de presión, para que sea legal, no debe transgredir las prohibiciones expresas de la norma jurídica.
        Si dicha norma de derecho prohíbe expresamente a los particulares ejercer violencia, injuriar a las autoridades, aplicar fuerza física o moral para que la autoridad resuelva a como esos peticionarios quieren, dicha presión es ilícita.
        En ese caso la fuerza aplicada ilícitamente por los grupos de presión es el mayor síntoma de que la política y el derecho están siendo descalificados por los belicosos.
        Por el contrario, si el gobierno es quien aplica una fuerza ilegal a grupos que protestan legalmente, esa autoridad que mal representa al gobierno pisotea al derecho y a la política.
        No es nada complicado. Es muy sencillo. Todas las normas de derecho tienen sus hipótesis y sus consecuencias; y, todos los actos u omisiones humanas que actualizan a esas hipótesis deben recibir las consecuencias jurídicas establecidas, ni más ni menos.