La falta de congruencia debilita al
gobierno de los Estados Unidos de América, y esto provoca dificultades en el
mundo.
Cuatro ocasiones ha visitado México el
Presidente Barack Obama, y en la más reciente (mayo del año que transcurre)
volvió a expresar con su oratoria directa y contundente: "... un nuevo
México está emergiendo... es el momento de fortalecer la alianza económica
bilateral. Queremos ser socios del éxito de este país, y juntos ser
competitivos ante otros mercados del mundo... la relación de ambas naciones no
deben definirse por las amenazas que actualmente enfrentan, sino por la
prosperidad y la oportunidad que podemos generar juntos".
Esas son las palabras, y los
pensamientos, de quien representa a los EU actualmente, si es que de manera
consciente no dijo mentiras; sin embargo, en los hechos, el gobierno estadunidense
sigue construyendo un muro en su frontera con México, militarizando toda esa
zona de aproximadamente 3 mil kilómetros lineales.
El muro de acero tiene cerca de 6 metros
de altura. Esta cortina divisoria, incongruentemente, impondrá a la larga un
aislamiento a los de adentro, y apoyará al eficaz arribo de los de afuera;
pero, además, es el peor de los mensajes para los vecinos que siendo socios
también son amigos.
La fuerza militar que los EU concentra,
en la división fronteriza, es de 50 mil hombres con vehículos y armas
sofisticadas, y aviones no tripulados de alta tecnología; además de tener
vastos fondos económicos, y una legislación que convierte en criminal a todo
migrante.
Entre países y pueblos vecinos, socios y
amigos, en donde uno de ellos necesita de la mano de obra del otro, y en donde
éste requiere del trabajo de aquél, la militarización es un disparate
mayúsculo.
La oratoria estadunidense a la caída del
muro de Berlín, a través del Presidente George H. W. Bush, se expresó:
"Nunca jamás otro muro que divida... La lucha contra todo muro comienza en
el corazón y en la mente de los seres humanos". Y el Presidente Bush,
padre, aprobó y firmó el Tratado de Libre Comercio con México y Canadá.
Tratados sí, muros no.
Y su hijo, el Presidente George W. Bush,
inició la construcción del muro fronterizo entre su país y México, provocando
que su hermano Jeb Bush, gobernador de la Florida, dijera: "Es irónico que
EU haya gastado tanta energía en tratar de derribar el muro de Berlín, para ahora
dedicarnos a construir un muro en nuestra frontera con México".
Aquel "muro de la vergüenza"
de Berlín ha sido suplido por este muro de la vergüenza entre México y los EU.
Aquél medía 45 kilómetros y tenía 4 metros de altura, provocando 270 muertos,
construyéndolo la "dictadura" soviética; éste lo construye la
"democracia" estadunidense y ha provocado decenas de miles de
muertos.
EU como líder mundial, y por tanto su
gobierno, no deben ejercer una política de incongruencia, por su propio bien.