Entre otros, Hernán Cortés, uno de sus
hijos llamado Martín, William Lamport, Juan José Eguiara y Eguren, Yanga,
Canek, Primo de Verdad, Mariano Michelena, cada quien en su tiempo y a su
manera, intentaron la independencia de la Nueva España.
Mientras Agustín de Iturbide y sus
seguidores, por la misma razón que lucharon en contra del movimiento de
independencia encabezado en inicio por Hidalgo, consumaron la independencia de
la Nueva España de la Corona Hispana en 1821.
Hidalgo al tomar el mando de ese
movimiento el 16 de septiembre del año 1810 empezó a fijar como metas de la
lucha armada: la independencia de la Nueva España; la constitución de un nuevo
país; la abolición de la esclavitud; la supresión de las castas; y, la
reintegración a los indígenas de la propiedad de sus terrenos, arrebatados
injustamente por los españoles durante la conquista.
Recordemos que el científico alemán Alexander
von Humboldt, en su Ensayo político sobre el Reino de la Nueva España aseveró:
"Entre las colonias sujetas al dominio del rey de España, México ocupa
actualmente el primer lugar, tanto por sus riquezas territoriales como por lo
favorable de su posición para el comercio con Europa y Asia. No hablamos aquí
sino del valor político del país, teniendo en cuenta su actual estado de
civilización, que es muy superior al que se observa en las demás posesiones
españolas".
Hoy vale recordar esos hechos, cuando
estamos a un día de conmemorar el CCLX aniversario del natalicio del bien
nombrado Padre de la Patria, Miguel Hidalgo y Costilla, quien de niño vivió entre
indios, apreciándolos durante toda su existencia; quien hermenéuticamente
ofreció en su tesis una nueva y avanzada opción para comprender la teología;
quien se destacó como alumno, maestro, tesorero, secretario, y Rector, del
Colegio de San Nicolás Obispo, hoy Alma Mater de nuestra Universidad Nicolaita;
quien con talento y hombría supo que ofrendaba su vida por la mejor causa.
La semana próxima anterior estuvo
durante 24 horas aproximadamente en territorio patrio el Presidente de los
Estados Unidos de América, Barack Obama, quien siendo el jefe de Estado del
país que dependemos en un elevadísimo porcentaje actualmente, y no por deseo de
los mexicanos, le escuchamos decir a nuestros jóvenes en el Museo de
Antropología e Historia, emblema de nuestras raíces: "Un nuevo México está
emergiendo".
Y es verdad, pero de nosotros dependerá
que no sólo sea nuevo, sino bueno; bueno para nosotros, y en esa medida bueno
para nuestros vecinos del norte, de quienes necesitamos independizarnos, para
poder ser verdaderos socios.