La Cámara de Senadores, además, no tiene
facultades para desaparecer poderes de ningún estado; puede, sí, "Declarar,
cuando hayan desaparecido todos los poderes constitucionales de un Estado, que
es llegado el caso de nombrar un gobernador provisional...", según dispone
el artículo 76 fracción V de nuestra Carta Magna.
Primero desaparecen los poderes
constitucionales, y después el Senado los declara desaparecidos. Jamás el
Senado puede desaparecerlos.
El no entender eso algunos senadores,
prueba su supina ignorancia, y su inmerecimiento para representar a nuestra
entidad federativa ante el Congreso de la Unión.
En Michoacán los poderes constitucionales
(ejecutivo, legislativo y judicial) existen, no han desaparecido; ejercen sus atribuciones
conforme a la ley, aunque en un año tres meses no han podido resolver las
enormes complicaciones que dejaron en la entidad los seis años de
administración federal calderonista, y los diez años de dos administraciones
estatales generadoras de deudas multimillonarias, de espesa corrupción, y de
desorden mayúsculo.
Los terribles polvos del hoy provienen
de los lodazales del ayer. En Michoacán el Presidente Felipe Calderón Hinojosa
comenzó una guerra que sembró de cadáveres y violencia al estado, y a México.
Aquellos grupos delincuenciales, aquellas armas, aquellas municiones, y
aquellos conflictos, siguen su desarrollo.
Los enervantes y sus derivados
delictivos tienen, en parte, origen internacional y desenvolvimiento
extranjero. La federación en esta materia, con todas sus consecuencias, tiene legalmente
la responsabilidad directa; mientras, los gobiernos estatal y municipales sólo
deben coadyuvar con la federación.
Las drogas generan inseguridad,
violencia y delitos graves; y, para prevenir y resolver, en esto, es necesaria
la unión inteligente de esfuerzos eficaces de los gobiernos extranjeros
involucrados y de todos los niveles del gobierno mexicano.
Absurdo pensar que esas dificultades se
resuelven con una simple desaparición de poderes de un estado, aunque se
agregue al razonamiento ridículo, que el gobernador constitucional Fausto
Vallejo Figueroa se encuentra en tratamiento médico, ya que él legalmente pidió
licencia por hasta 90 días, y su sentida condición personal, en nada interrumpe
la labor cotidiana y eficiente del poder judicial, legislativo, y ejecutivo.
Otro conflicto de Michoacán es el
económico, como parte de un apremio dificultoso de la economía estadunidense y
de la nacional, pero con particularidades propias que lo agudizan, ya que de
una deuda pública de 159 millones en el 2002, pasó a deber, en diversas
modalidades, más de 40 mil millones de pesos, por lo que la federación le
retiene sus participaciones, pues quedaron en garantía de sus desmedidos e
injustificados adeudos.
Agréguese a lo anterior que la
federación recauda toda contribución en Michoacán, dándole al estado el 16% de
lo obtenido, y llevándose el 84%. Y ese 16% es el 98% del presupuesto anual de
nuestra entidad.
Y el problema educativo es tan
dramático, que requiere otro espacio, y pronto de explicaré.
Agreguemos, a todos nuestros conflictos,
el que esos senadores quieren cubrir sus propias faltas, y pescar egoístamente
en las turbias aguas que producen.
El Presidente Peña Nieto ha dispuesto
que, con un solo mando en las fuerzas armadas, para Michoacán se reconquiste la
paz; y los michoacanos nos sumamos para que esa paz sea con cultura, empleo,
educación, y desarrollo.