Así se inició una serie de eventos
organizados por la Secretaría de Cultura, y dispuestos por el Gobernador Fausto
Vallejo Figueroa, para reconocer el ameritado trabajo artístico del autor,
entre muchas otras obras, de los significativos murales que cubren varias
paredes de la sede del Poder Ejecutivo de Michoacán.
El niño Alfredo nació el 12 de enero
del año 1908 en Pátzcuaro. De vivir, todavía, 105 años constituirían su edad.
Su padre biológico se llamó Jesús Gallegos, y se dedicaba al periodismo en esa
ciudad lacustre. Su madre era María Aurora Torres. Su apellido Zalce le vino de
su padrastro Ramón, quien casara con María Aurora después de haber enviudado
ésta.
Al año de nacido lo llevaron a vivir a
la Ciudad de México, en donde sus inmediatos ascendientes montaron un estudio
fotográfico; ahí, desde muy temprana edad hubo necesidad de la fuerza del
trabajo del menor Alfredo.
La fotografía le fue propia desde su
nacencia, motivando en él un fenómeno dialéctico de cariño y de repulsa para
esa actividad. Rechazo, por haber sido impuesto este trabajo en circunstancias
de una infancia difícil. Afecto por esa labor, al tratarse de algo estético a
través de instrumentaciones modernas.
Obvio que pesó mucho en el joven Zalce
el saber que su arquetipo Pablo Picasso dijera: Debemos agradecer a la
fotografía el haber liberado a la pintura de la enorme carga de hacer retratos
a personas y a paisajes.
Y eso motivo su inicial separación de
la cámara fotográfica, a la que se reacercó más tarde, dejando una buena
cantidad de fotografías, y autofotografías, las que con acierto Beatriz Zalce y
Mizraín Cárdenas decidieron presentar museográficamente en la Casa de la
Cultura, en donde estarán hasta el 3 de marzo próximo.
En realidad, como Zalce naciera un 12
de enero y muriera el 19 de enero del 2003, se generó el hecho de que su nacer
y su morir fuesen en el mismo mes de enero, con distancia entre ambos de 7 días;
por ello, se decidió organizar una programación de diversas actividades durante
toda una semana, a desarrollar en Morelia y en Pátzcuaro.
Para la ceremonia que se realizó en los
altos de Palacio de Gobierno el sábado próximo anterior hubo un foro de lujo,
con asistentes muy calificados culturalmente, y con una escenografía
ilustrativa de excelencia: los propios murales de Alfredo Zalce.
Esos eventos son para recordar a un
extraordinario artista plástico michoacano de nivel universal, pero, sobre todo,
para fomentar y construir los talentos de los futuros zalces en nuestra entidad
federativa.