lunes, 14 de enero de 2013

Reconocer a Alfredo Zalce IMPULSAR A LOS ZALCES DEL MAÑANA

       El sábado 12 de enero anterior se llevó a efecto un acto cultural en los pasillos del segundo piso, del primer patio del Palacio de Gobierno de Morelia, en donde se recordó la vida y la obra del maestro Alfredo Zalce Torres.
         Así se inició una serie de eventos organizados por la Secretaría de Cultura, y dispuestos por el Gobernador Fausto Vallejo Figueroa, para reconocer el ameritado trabajo artístico del autor, entre muchas otras obras, de los significativos murales que cubren varias paredes de la sede del Poder Ejecutivo de Michoacán.
         El niño Alfredo nació el 12 de enero del año 1908 en Pátzcuaro. De vivir, todavía, 105 años constituirían su edad. Su padre biológico se llamó Jesús Gallegos, y se dedicaba al periodismo en esa ciudad lacustre. Su madre era María Aurora Torres. Su apellido Zalce le vino de su padrastro Ramón, quien casara con María Aurora después de haber enviudado ésta.
         Al año de nacido lo llevaron a vivir a la Ciudad de México, en donde sus inmediatos ascendientes montaron un estudio fotográfico; ahí, desde muy temprana edad hubo necesidad de la fuerza del trabajo del menor Alfredo.
         La fotografía le fue propia desde su nacencia, motivando en él un fenómeno dialéctico de cariño y de repulsa para esa actividad. Rechazo, por haber sido impuesto este trabajo en circunstancias de una infancia difícil. Afecto por esa labor, al tratarse de algo estético a través de instrumentaciones modernas.
         Obvio que pesó mucho en el joven Zalce el saber que su arquetipo Pablo Picasso dijera: Debemos agradecer a la fotografía el haber liberado a la pintura de la enorme carga de hacer retratos a personas y a paisajes.
         Y eso motivo su inicial separación de la cámara fotográfica, a la que se reacercó más tarde, dejando una buena cantidad de fotografías, y autofotografías, las que con acierto Beatriz Zalce y Mizraín Cárdenas decidieron presentar museográficamente en la Casa de la Cultura, en donde estarán hasta el 3 de marzo próximo.
         En realidad, como Zalce naciera un 12 de enero y muriera el 19 de enero del 2003, se generó el hecho de que su nacer y su morir fuesen en el mismo mes de enero, con distancia entre ambos de 7 días; por ello, se decidió organizar una programación de diversas actividades durante toda una semana, a desarrollar en Morelia y en Pátzcuaro.
         Para la ceremonia que se realizó en los altos de Palacio de Gobierno el sábado próximo anterior hubo un foro de lujo, con asistentes muy calificados culturalmente, y con una escenografía ilustrativa de excelencia: los propios murales de Alfredo Zalce.
         Esos eventos son para recordar a un extraordinario artista plástico michoacano de nivel universal, pero, sobre todo, para fomentar y construir los talentos de los futuros zalces en nuestra entidad federativa.