Segura por las protecciones y recursos a su alcance, y
esto la conduce a tener desplantes de seguridad en su decir y en su hacer,
aunque su expresión y su conducta sean equívocas. Y esto genera, desde ahora,
peligros para Michoacán, y para ella misma, pues su máxima virtud es su mayor
debilidad.
¿Cuánto le durará la protección del Estado Mayor
Presidencial a su derredor?, ¿por cuánto tiempo podrá disponer de recursos
federales?, ¿hasta cuándo tendrá acceso a la información privilegiada que tiene
la Presidencia de la República?, ¿en qué momento desaparecerá de su patrimonio
personal ese elemento ajeno y objetivo que le sirve de sustento a sus desplantes
seguros?
El sexenio de su hermano, el Presidente Felipe
Calderón Hinojosa, concluye el último día de noviembre del año 2012; y sea
quien sea la persona que lo sustituya como titular del Ejecutivo Federal, el
encanto del poder para esa familia y ese grupo llegará a su fin.
Cada 6 años se repite, con algunas diferencias, el
ritual emblemático de "el Rey ha muerto; viva el Rey". Este decir
tiene un sonido francés, pero no dista mucho de lo que en México se manifiesta
al respecto: No hay mal que dure seis años, ni pueblo que lo resista.
Pero expresiones populares aparte, la visión inicial
que los michoacanos en su mayoría tuvimos cuando nos enteramos de que el
Presidente Felipe y su única hermana Luisa María habían decidido que ésta fuera
gobernador de Michoacán, fue de rechazo contundente.
No es posible que con tan mal gobierno federal se
imponga el nepotismo, se oía por dondequiera. El Estado Mayor Presidencial al
rededor de la hermana le espantará a los electores. Nunca ha hecho una campaña
electoral propia, se decía, siempre ha sido de las plurinominales.
Jamás ha tenido cargo de responsabilidad en la
administración, manifestaban no pocos. Es inaudito que se embarquen el
Presidente Calderón y su hermana en una campaña en la que irremediablemente
perderán. Si ganará Luisa María pésimo para los dos; y si pierde, peor para el
par.
Ahora, los guardias presidenciales están en acción a
favor de la Cocoa, también el presupuesto federal trabaja arduamente en la
tarea, y los funcionarios públicos del Ejecutivo Federal, tan malos para
administrar, han venido a hacer una grilla estruendosa.
Con recursos federales se están pagando estrategas
extranjeros para el proyecto Cocoa Michoacán, convirtiéndolo en el más
dispendioso de todo el sexenio calderonista.
Por tanto gasto electoral inútil, por la pésima
política que representa, y por tanta seguridad artificiosa, tendrá al final el
rechazo popular; éste, observo, es el sentir de los michoacanos.
Más de cincuenta mil muertos pesan en la conciencias.