Los
incidentes iracundos que ya se empiezan a dar, como simples primicias, son
producidos por el miedo al fracaso en estos comicios. De ahí la frase común en
labios de todos los líderes de ese partido: "El PRD tiene que ganar
Michoacán a como dé lugar. No podemos darnos el lujo de perder aquí".
Y como su derrota se acerca, la desesperación
perredista se agudiza. De ahí que empiecen a bloquear calles, so pretexto de
variados problemas. O a tomar las propias oficinas de Fausto Vallejo Figueroa,
candidato a la gubernatura por el Partido Revolucionario Institucional.
Realmente
es inédito el que un candidato a la gubernatura mande a su gente a tomar las
oficinas de uno de sus adversarios. Así, cuando la gente ve que combis con la
propaganda de Silvano y seguidores de PRD bloquean la casa de campaña de Fausto
Vallejo, lo que deciden es no votar jamás por el PRD ni por Silvano ni por
ningún perredista.
De
por sí la mayoría de los michoacanos hemos decidido que el gobierno del Estado
no sea del PRD, así que con esos torpes actos de agresión esta mayoría aumenta.
Es
clara la actitud deshonesta de tirar la piedra y esconder la mano. Una vez que
los líderes perredistas han sentido el repudio popular por esa embestida al
centro de operaciones de la campaña de Fausto, de inmediato han salido a decir
que se deslindan de ese cerco.
Pero
todos observamos que eran vehículos con propaganda de PRD, y gente con playeras
de Silvano, dirigidos por el grupo de transportistas consentidos de la
administración del gobernador Leonel Godoy Rangel.
Van
a ser 10 años que el PRI le entregó al PRD el Poder Ejecutivo Estatal, y lo transmitió
en paz, con respeto al voto, sin violencia. De esa misma forma debe transferir,
en retorno, ese mando.
Obvio
que el PRD recibió al Ejecutivo Estatal en mejores condiciones de como lo deja.
No es lo mismo encontrarse con una deuda pública de 159 millones de pesos, que
dejar un Michoacán que debe, ahora, más de 20 mil millones de pesos, más los
intereses que pueden triplicar la suma.
El
margen de seguridad en el 2001 con el gobernador Víctor Manuel Tinoco Rubí era
muy aceptable; en cambio, la inseguridad que vive Michoacán en el 2011 con el
gobernador Leonel Godoy resulta insoportable.
Recordados
los comparativos anteriores, esperemos que el PRD y sus candidatos sepan estar
a la altura de su próxima derrota; y entreguen en paz y sin violencia el poder.
El
Michoacán destrozado y en bancarrota, que dejan, tendrá remedio en manos
honestas y capaces. No debe el PRD desesperarse ni menos violentar
electoralmente al Estado, hasta por el bien de ellos mismos.