miércoles, 8 de junio de 2011

¿Pobres en Qué? OSADÍA DE LA IGNORANCIA

            Insiste el secretario de Hacienda y Crédito Público, Ernesto Cordero, que “el poder adquisitivo del salario mínimo ha tenido una ligera recuperación a partir del año 2000, con las administraciones federales emanadas del Partido Acción Nacional”.
            En cambio, el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, ha manifestado que en lo que va del siglo XXI “el llamado salario mínimo ha ido deteriorándose, de tal forma, que no alcanza ni para adquirir la canasta básica”.
            Y el 99.99.99% del pueblo de México vive creyendo que es tal el constante deterioro del salario mínimo que ha terminado siendo un simple referente para la aplicación de sanciones económicas en la legislación mexicana.
            Pero el secretario Ernesto Cordero, ejerciendo como precandidato panista a la Presidencia de la República, nos trata de convencer con una burda mentira, y reta a Peña Nieto a debatir públicamente, con una intención tan torpe como electorera.
            No tiene Ernesto Cordero la mínima idea de lo que significa la pobreza, y de lo que son los pobres, siendo él, mismo, un pobre secretario de Hacienda.
            La pobreza y los pobres no se miden sólo en salarios mínimos. Ni siquiera los pobres y la pobreza económica.
            La pobreza es ignorancia, falta de información, carencia de formación física e intelectualmente. La pobreza es escasa educación, e ilustración nula o mínima. El pobre no tiene acceso a las aulas ni a los maestros ni a la investigación ni a la cultura.
            Pobre es el que tiene maestros que no van a clases, o que van, pero que no estudian para enseñar, y por lo tanto no cumplen con su función en el fenómeno enseñanza aprendizaje. La pobreza se observa en los que se inscriben en universidades y colegios privados caros en el pago de colegiaturas, y sólo reciben estatus, imagen social, ambiente de niños bien.
            Pobreza es enfermedad, por no tener un sistema de medicina preventiva, sin acceso a medicinas, a seguridad social de calidad técnica y humana. A todo pobre le falta una ambiente de sanidad, careciendo de agua de calidad, y de drenajes aceptables.
            La inseguridad es pobreza, tanto por falta de empleo, como por ser vulnerable ante los otros, ya que no se respetan derechos humanos ni garantías individuales. Somos pobres por tener un injusto reparto de la riqueza nacional, por tratar de resolver a militar y policiacamente nuestros problemas, y por tener autoridades mediocres, de bajo perfil, pero eso sí, muy rateras.
            La propia osadía de la ignorancia es pobreza.