lunes, 6 de junio de 2011

Casa de Moneda DE UNA TONTEJEZ INAGOTABLE

            Marcelo de los Santos Fraga es un Contador Público de formación política panista. Postulado por ese partido fue presidente municipal de San Luis Potosí, y gobernador de ese Estado.
            Desde el 2010, a propuesta del secretario de Hacienda y Crédito Público Ernesto Cordero, la Junta de Gobierno de la Casa de Moneda lo nombró su director. Obvio que el secretario Cordero recibió, para proponerlo, instrucciones del Presidente Felipe Calderón Hinojosa.
            Hoy el director de la Casa de Moneda se publicita de la peor manera a nivel nacional, poniendo en riesgo a esa estratégica institución a su cargo; cuando su cargo es tan delicado que pocos deben de saber el nombre de quién lo desempeña.
            Señala con una enorme tontejez la ubicación de la Casa de Moneda de nuestro país, el número de personal que tiene, la carencia de bardas del inmueble, la marca de las viejas armas de fuego con que cuenta, el porqué no tiene municiones suficientes para ellas, la falta de capacitación y actualización del personal de seguridad, y los cuantiosos bienes materiales que tienen a su cargo.
            Y muy orondo, en las fotografías de su entrevista, se pone en pose, sonriente, portando unas canas que todo son, menos símbolo de sensata madurez.
            Así, exhibiendo su candidez, hace  público un documento que giró a la Secretaría de Hacienda el pasado 17 de abril, alertando: “las instalaciones de la Casa de Moneda son un foco de atención para la delincuencia y corren el riesgo de sufrir cualquier tipo de agresión”, cuando esta misiva, por su propio contenido, debió de ser confidencial.
            No hay duda, con la administración panista todo está en peligro; y el riesgo se agrava con una publicitación que no lleva aparejada solución, sino que, al contrario, parece invitar a las moscas a participar de un pastel tan apetitoso: el dinero, y los metales como el oro y la plata, en cantidades de reserva nacional.
            Un director de la Casa de Moneda, así de torpe, no debería durar ni un minuto más.
            El secretario de la Función Pública Salvador Vega Casillas, nuestro paisano, recién afirmó: “No avanza la lucha contra la corrupción por deficiencias en la Ley”; y el líder de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, Emilio Gamboa Patrón, asegura que la corrupción en México prosigue “porque los verdaderos malosos están en el gobierno”.
            Pueden, ésas, ser dos causas de nuestros males, pero existen otras, entre ellas, la tontejez inagotable con la que actúan no pocos funcionarios públicos.