lunes, 21 de marzo de 2011

MATÁNDOLES CON BOMBAS

Proteger a los Libios
MATÁNDOLES CON BOMBAS                                                                        
            He aquí el ejemplo de una alianza que, no por serlo, es buena. De origen es perversa, y tiene toda la estampa del terrorismo más atroz.
            Los gobiernos de Estados Unidos de América, de Francia, y de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, han constituido una alianza          para hacer efectiva, a su manera y a su interés, la resolución del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, acuerdo que, impulsado por esas naciones, en esencia establece: “… se autoriza a los Estados miembros a tomar todas las medidas necesarias para imponer una zona de exclusión aérea sobre Libia, y para proveer asistencia y protección a la población civil de ese país…
            Y con ese ambiguo y oscuro derecho los gobiernos ya citados, con la supuesta y muy discutible representación de los Estados miembros de la ONU, toman interesada y caprichosamente para sí esa personería, y montando el operativo Odisea al Amanecer se lanzan a bombardear a Libia.
            En Trípoli, los primeros en morir por esos bombardeos son civiles, y entre ellos varios niños que tuvieron la mala suerte de vivir cerca del aeropuerto.
            ¿Cómo alguien puede afirmar que desea proteger al pueblo libio, cuando para hacerlo asesina a bombazos a niños, a mujeres y a hombres, que nada tienen que ver con los militares ni los políticos ni los rebeldes?
            Pero todo lo anterior tiene su causa en que son esos gobiernos los que echaron a andar ese proyecto maquiavélico para desestabilizar a los gobiernos del África Norte, la musulmana, la que tiene petróleo junto con la zona musulmana árabe del Medio Oriente, con su enclave persa.
            Y comenzó muy ágil y eficaz ese proyecto. Túnez, Egipto, y Yemen, fueron las primeras víctimas. Todo iba sobre ruedas. Los envejecidos tiranos de estos pueblos estaban pagando sus pecados, y esto es aceptable; empero, lo inaceptable es que los amos de esos sanguinarios dictadores, los grandes capitales que han explotado a aquella población al amparo de los ejércitos británicos, gringos y franceses, sean los instigadores de esas guerras civiles, para sacar más provecho de esos países en convulsión.
            No se percataron esos tres gobiernos poderosos del obstáculo que iban a tener en Libia. Los libios enemigos de Muammar el Gadafi, con la ayuda de los mercenarios pagados por EU y Europa, con sus sofisticadas redes cibernéticas, armas, municiones y euros, no fueron suficientes para derrotar a las herrumbrosas estructuras de Gadafi.
            Por eso, ahora, tuvieron que intervenir violentamente de manera directa, con base en un derecho poco claro, en donde se observa que el derecho internacional, tan en boga para algunos ingenuos, sigue siendo la voluntad de los poderosos erigida en ley por sus organismos serviles.
            Esa guerra que se inicia es entre perversos, salvo que unos defienden a su país de una intervención extranjera, y otros son los extranjeros, diciendo que desean salvar al pueblo libio, y bombardeándolo para salvarlo.
            La guerra entre terroristas será larga, y ellos lo saben. Los pueblos del mundo, y no pocos gobiernos, están en contra de esta intervención. Los cruzados medioevales en el año 2011 son grotescos.
            Lamentablemente, el terrorismo provocado por EU, Gran Bretaña, y Francia, en Libia, puede generar terrorismo en toda Europa y EU. La ONU debe frenar esta estupidez. Su resolución debe reglamentarla con inteligencia y derecho, y ejecutarla ella; y no permitir que un terrorismo genere a otro terrorismo, ni siquiera por el petróleo.