lunes, 7 de marzo de 2011

HIPOCRESÍA DE LOS PODEROSOS


Manipuladores del Odio
HIPOCRESÍA DE LOS PODEROSOS                                                                           
            Los poderosos de los Estados Unidos de América, y de su aliada Europa, nos manipulan a través de los medios masivos de comunicación. Nos hacen odiar a sus efímeros enemigos, y amar a sus fugaces amigos.
            En la Segunda Guerra Mundial, y en su postguerra, nos hicieron aborrecer a los alemanes, a los japoneses, y a los italianos. Cuando se vino la Guerra de Corea maniobraron para que detestáramos a los coreanos y a los chinos. En la Guerra de Vietnam nos condujeron a abominar a los vietnamitas. Durante toda la guerra fría nos arrastraron a maldecir a los rusos.
            Cuando esos todopoderosos ya no tienen la necesidad de que reneguemos a esa ensarta de malos, entonces, y sólo entonces, con los mismos medios masivos de comunicación, nos los presentan como gente buena, digna de nuestro cariño.
            Ahora, en esa operatividad para dirigir nuestras animadversiones se han encargado, los dueños del poder en los EU y sus amigos europeos, de enfrentarnos con personajes casi diabólicos: Osama Bin Laden, Saddam Hussein, Ben Alí, Hosni Mubarak, por poner sólo unos ejemplos.
            Empero, el villano del momento, a quien desean que despreciemos con toda nuestra alma, es nada más ni nada menos que a Muammar el Gadafi, a quien nos presentan como asesino, ratero, violador, terrorista, y otros epítetos por el estilo.
            Sin embargo, independientemente de las características personales de estos protagonistas políticos, tanto de su permanencia en el poder real por muchos años, como de sus errores y defectos, todos ellos han sido, en algún tiempo no muy lejano, amigos, colaboradores, socios y aliados, de los dueños del poderío estadunidense y europeo; y, curiosamente, estos multimillonarios propietarios de la política internacional de EU y Europa tienen, también, en el ejercicio de su poder muchas décadas, y sus manos están ensangrentadas, y sus actos son tan criminales como la conducta de sus socios o ex socios.
            Como han dejado de ser servibles todos esos viejos aliados, y les llegan a estorbar por muy diferentes razones, hoy los desechan, a través de revoluciones cibernéticas, electrónicas y de planos inclinados, pues en este siglo XXI les ha dado resultado el formar así redes sociales insurgentes, a quienes han dado, además, capacitación y armas.
            De esa manera les salió redondo el plan en Túnez. En Egipto, con esa revuelta programada, obtuvieron un triunfo más apretado. Y en Libia, les está saliendo el tiro por la culata.
            Se han dado cuenta que su plan de desestabilizar a Libia, y de echar del poder a su antiguo socio, para adueñarse directamente del petróleo, y desquebrajar la molesta unidad árabe, no funciona ya con sólo las fuerzas rebeldes locales. Por eso han metido mercenarios árabes al combate contra Gadafi, pero ni aún así parecen derrocarlo como lo pretendían.
            Por eso han decidido llevar a la región dos flotas estadunidenses, para ver si disuaden a su colega, el tirano, a que entregue el poder. Y como al parecer no lo hará, los gobiernos de EU y de la Comunidad Europea a nombre de la libertad, la democracia, la solidaridad internacional, la justicia, y de la paz, invadirán Libia con ejército de línea extranjera, o disfrazados de soldados de la ONU o de la OTAN.
            Tal ha sido siempre la hipocresía de los poderosos, y la ingenuidad nuestra de odiar a los enemigos pasajeros de los multimillonarios en dólares y euros, y amar a sus efímeros amigos; todo ese rejuego manipulador de sentimiento se da a través de los medios masivos de comunicación.