miércoles, 11 de agosto de 2010

IMPERA LO ELECTORAL

Realidad en Distorsión
IMPERA LO ELECTORAL

Beatriz Paredes Rangel, como la presidente del Partido Revolucionario Institucional, expresó ante el Presidente Felipe Calderón Hinojosa que “no compartimos muchas de las políticas del gobierno federal… la seguridad nacional no puede ser parte de un debate maniqueo entre buenos y malos… con un perverso sentido electoral… sobre esto hemos insistido hasta la saciedad”.
Y en ese mismo foro que se realiza en el casino militar del Campo Marte en la Ciudad de México, bajo el nombre de Diálogo por la Seguridad, Jesús Ortega Martínez, presidente del Partido de la Revolución Democrática, señaló que “Hoy la Procuraduría General de la República no está siendo útil al combate al crimen organizado… Vivimos una guerra no convencional que pone en riesgo la viabilidad del Estado… y en peligro la vida de sus habitantes”.
Las anteriores notas periodísticas, firmadas por nuestra compañera Bertha Becerra, las publica la Organización Editorial Mexicana en todas sus ediciones de El Sol de México bajo el titular de “Hacen política electoral con la seguridad”.
Esta concurrencia de valiosas opiniones se da, ante una alarmante realidad distorsionada. En México se ha deformado el ejercicio de la función pública, ya que tanto el gobierno federal como los gobiernos de los Estados, o al menos el de Michoacán, hacen que todo el aparato oficial funcione con vistas a las elecciones; y por su parte, al contestarle a Beatriz, el Presidente de la República reconoció que todo es electoral.
Así que la educación, la obra pública, la seguridad, la procuración de justicia, las vías de comunicación y la comunicación misma, los recursos hidráulicos, el turismo, la política internacional, energía, todo va orientado a lo electoral, cuando los métodos e instrumentos electivos sólo deberían ser simples medios.
Nuestra deformación como país llega de arriba para abajo, del gobierno hacía la sociedad. Y estas aberraciones, en donde lo electoral se ha convertido en el epicentro de todo y de todos, las observamos hasta dentro de los mismos partidos, en donde el ex Presidente Vicente Fox Quesada declara que en materia de crimen organizado el actual sexenio anda mal, y que “durante mi sexenio no se vivían los niveles de violencia que se expresan hoy… debe legalizarse la producción, distribución y venta de drogas como una forma de golpear a los cárteles y abatir los índices de criminalidad”.
Y de inmediato el Presidente Felipe Calderón reviró afirmando que “si la lucha contra la delincuencia organizada hubiera iniciado cuatro o cinco años antes, el país estaría hoy en una mejor situación… No estoy de acuerdo con la legalización de las drogas, pero de ninguna manera me opongo a que se debata sobre ello…
Así, los mexicanos nos preguntamos, ¿quién servía o sirve más y mejor al crimen organizado, uno por omisión u otro por actos?; y, ¿lo electoral es el medio para llegar al crimen organizado, o el crimen organizado es el medio para llegar a lo electoral?
Todo lo anterior se genera por el imperio de lo electoral, aunque habrá que considerar que atrás de estas luchas se ubica una enorme ubre presupuestaria de billones de pesos del erario, pero de billones de dólares en el ejercicio del poder, y no para servir al pueblo, sino para servirse de él. ¡He aquí el móvil!