lunes, 5 de julio de 2010

SUFRAGIOS CONTRA DELINCUENTES

Ciudadano Votante
SUFRAGIOS CONTRA DELINCUENTES

Sigo la corriente de la mayoría, y esto, en materia periodística, no es muy alentador. El tema del día son las elecciones del domingo próximo anterior, y éstas ni son tan democráticas ni tan limpias, simplemente son.
Lo mejor de ellas son los ciudadanos votantes. El padrón enlistó a cerca de 30 millones y medio de electores de 15 Entidades Federativas, 12 de las cuales eligieron gobernador. En todas hubo alianzas, lógicas unas, ilógicas otras, pero, al fin, todas respondieron a un esfuerzo en mancomún.
Poco más de 12 millones fueron a emitir su sufragio, y el esfuerzo de ellos nos alienta y nos da un eficaz ejemplo en estos momentos difíciles por los que atraviesa el país. Votos, y no balas; elecciones, sí, pero sin delincuentes, sobre todo los de tipo electoral.
Los partidos políticos se aliaron entre sí, constituyendo dos grupos; uno encabezado por el Partido Revolucionario Institucional con partidos ideológicamente afines; y, el otro, encabezado por el Partido Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática, derecha e izquierda, respectivamente, los extremos opuestos en la línea ideológica de México de común acuerdo para, supuestamente, no permitir que el PRI ganara todos los cargos en contienda.
Detrás del PRI, y sus aliados, se encontraban los apoyos de los gobernadores priístas; empero, detrás del PAN y PRD se encontraban los apoyos de los gobernadores panistas y perredistas y, desde luego, el gran apoyo presupuestal y de políticas de inversión de un Presidente de la República panista de hueso azul.
Pero, también, esa alianza PAN-PRD, y anexas, sumó aparte de presupuestos estatales amarillos, y de presupuestos estatales y el federal azules, otros adeptos más: ex priístas de prestigio que aceptaron ser candidatos de esta mancomunidad electoral.
Ese mazacote electorero, en la inmediatez, ha sido eficaz para obtener tres gubernaturas, al menos conforme la información publicitada hasta este momento: la de Sinaloa con el ex priísta Mario López Valdez; la de Puebla con el ex priísta Rafael Moreno Valle; y, la de Oaxaca con el ex priísta Gabino Cué Monteagudo.
Y justamente en esos tres Estados se encuentran gobernando, aún, un tipo de priístas con perfiles poco agradables para una sociedad electora cada día más exigente.
Debemos, también, considerar que los medios masivos de comunicación participaron, y se aliaron, en la medida de sus intereses y sus ganancias, con los dos contendientes, para diseñar los resultados obtenidos.
Mientras que los ciudadanos votaron más por el hombre y el nombre que por los partidos aliados; incluso en el caso de Tamaulipas, en donde el PRI se quedó, por un vil asesinato, sin abanderado, la gloria del difunto la forjó la sensibilidad del votante aceptando a su hermano Egidio Torre Cantú con abrumada mayoría.
Estas elecciones en comento prefiguran los procesos electorales del 2011 y del 2012, y de ser así el futuro no parece depararnos nada bueno; sin embargo, hay algo que puede remediar las cosas, el que todos los electos trabajen con capacidad y honradez a favor de México y de sus Entidades Federativas, y no de sus partidos, sus aliados, o por intereses personales o de pandilla.
Los mexicanos deseamos autoridades que resuelvan nuestros problemas conforme a derecho, y auxilien al desarrollo de todos; pero, al menos, que no sean delincuentes, ni siquiera delincuentes electorales.