lunes, 26 de julio de 2010

GENTE DE CARÁCTER


AMLO y la Mafia
GENTE DE CARÁCTER
                                                                      
                        En varias ocasiones Andrés Manuel López Obrador ha denunciado que en México existe, y manda, una “mafia en el poder”, e incluso ha dado nombres de sus integrantes, aunque a alguno de ellos lo llame El Innombrable.
            Y es posible que exista esa caterva a la que se refiere, y contra la cual busca AMLO lograr el poder, a efecto de aplicarle las consecuencias jurídicas que nuestras propias normas de derecho admiten, por justicia o por venganza, pero para allá iría si lograra un triunfo en la elecciones del 2012.
            Sin embargo, si existe esa mafia política, significaría que vivimos en un sistema que engendra, permite, alienta y fortalece a ese tipo de cofradías delictivas, en todas las áreas. Y esto es muy delicado.
            Con una atmósfera propicia para las pandillas organizadas tendríamos gavillas manejando la economía, otro grupo criminal dirigiendo la educación, otro hato delincuencial en el mundo religioso, y así en cada área, pero, también, todos esos sectores con su estructura en jerarquización territorial, temporal, material y personal.
            Lo que nos hace pensar que la lucha no sólo debe ser en contra de esa “mafia en el poder”, sino de todas las mafias, y sobre todo de las causas que las han generado en México; pues quitar a una mafia del poder público,  para que llegue otra pandilla, no sería lo correcto, lo propio, lo deseable.
            Desde mi apreciación personal, observo y valoro a Andrés Manuel López Obrador como lo mejor que tiene a la vista eso que se denomina alianza entre los partidos políticos PRD, PT, y Convergencia, en donde hay poder, presupuestos públicos a su alcance y, al parecer, también mafias.
            Y suele plantear Andrés Manuel soluciones claras y francas a los grandes problemas nacionales, aunque a veces discutibles. Tal es el caso de su presencia en el Zócalo de la Ciudad de México el domingo próximo anterior, en donde señaló su decisión, de manera firme aunque fuera del calendario electoral, de participar como candidato a la Presidente de los Estados Unidos Mexicanos en el año 2012.
            Así que con él no hay dudas, respecto a que se lanza desde ahora a la Presidencia, y presentó ante un buen contingente los puntos básicos de su Proyecto de Nación, durante esa asamblea popular masiva a la que no se le dio espacio en los medios de comunicación de México, por disposición de los poderosos.
            Ahí anunció que promoverá más producción y mucho empleo, además de “una reforma fiscal progresiva para terminar con los privilegios que tiene un grupo de empresarios en el país, con lo que recaudaré 300 mil millones, a los que se sumarán unos 200 mil millones de pesos más por la política de austeridad para reactivar la economía nacional, pues si ganamos los próximos comicios federales se reducirán los salarios de los funcionarios en un 50 por ciento”.
            En principio simpatizo con esas medidas; pero para llevarlas a la práctica se requiere de otras determinaciones previas de igual o de mayor importancia, si es que se busca el éxito a favor de la mayoría de los mexicanos, y no sólo levantar una polvareda que nos haga hasta perder los pocos empleos y la poca productividad que se tiene.
            López Obrador es, sin lugar a dudas, una gente de carácter, como también los son los personajes que él señala como mafiosos; empero, los mexicanos requerimos gente de carácter, sí, pero con gran responsabilidad, y una activa y aguda inteligencia que permita resolver problemas, y no agregar más a los que ya tenemos.