miércoles, 29 de abril de 2015

Primera residencia literaria
TODO ESO PASÓ
        El proyecto cultural resultó todo un éxito. Lo novedoso no provocó ningún efecto negativo; por el contrario, los logros obtenidos tuvieron en la novel un sólido cimiente.
        Se trató de una primera residencia literaria a la que se le denominó "no ficción"; es decir, ni cuento ni invención ni fábula, solamente la realidad iba a imperar, y rigió.
        La Secretaría de Cultura del Gobierno de Michoacán tuvo a bajo su responsabilidad tal proyecto, y para ello contó con el apoyo solidario y amplio del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
        De manera especial, como siempre lo ha hecho, el presidente de ese consejo manifestó interés para que tal residencia se efectuara.
        Ese proyecto se encuadró perfectamente como uno de los eventos de la 8a Feria Nacional del Libro Michoacán 2015, con todo y sus múltiples facetas de efectos culturales, y condujo a cinco escritores michoacanos a llevar a cabo la residencia en cuestión para, de ahí, cada uno de ellos escribir una narración sobre el tema escogido y aprobado dentro del desarrollo de esa estancia literaria.
        Con los cinco ensayos producidos se integró un libro, el que ha sido debidamente editado, siendo un producto que mucho debe enorgullecernos a todos los que tenemos convicción de lectores.
        La convocatoria para esta residencia se hizo pública, invitando a los escritores mayores de edad, domiciliados en Michoacán, a una residencia de estudio y producción literaria, del 16 al 21 de febrero de este año 2015, la cual se llevó a efecto en la Hacienda Porumbo, ubicada en Erongarícuaro, Michoacán.
        Resultando seleccionados cinco de los participantes, quienes con su reconocido nivel profesional leyendo y escribiendo, tallerísticamente, mostraron su calidad intelectual en esa residencia literaria, la que fue conducida por uno de ellos: Fernando Lobo.
        Los cuatro restantes: Raúl Casamadrid, Eduardo Pérez Arroyo, Carlos Higuera, y Tomás Torres Ibarra, con disciplina responsable, hicieron cuerpo común con el líder del grupo.
        Los cinco cumplieron a cabalidad su compromiso. Todos han aportado su propia narrativa, en su estilo y con su tema; siendo esta producción literaria la que constituyó el libro editado bajo el título de TODO ESO PASÓ Primera residencia literaria "No ficción".
        Provocan estas cinco narrativas muchas reflexiones, lo que ya de suyo resulta satisfactorio. Me contengo a tratar una por una sólo en razón de las limitaciones de este espacio periodístico.
        Únicamente diré que Fernando Lobo titula su trabajo "De verdad, ¿todo eso pasó?"; Raúl Casamadrid nombra a los suyos "Puerto Lázaro Cárdenas, todo o nada", y "Bahías de Huatulco: la cruz”; mientras Eduardo Pérez Arroyo denomina sus ensayos "La despedida", y "Conversación"; siendo Carlos Higuera quien nomina a sus producciones "La espera de las largas despedidas", y "Un día de oficina"; y, Tomás Torres Ibarra pone por encabezado de sus obras "Legado a la deriva", y "Solsticio".
        Finalmente expresaré: todo eso que pasó, todo eso que se escribió, vale para publicarse, porque vale para leerse.