Nadie quiere la
guerra
CONTRA EL
TERRORISMO, ¡Y SUS CAUSAS!
En días recientes, en París se dio un
desfile de aproximadamente un millón y medio de personas, encabezado por cerca
de 50 líderes mundiales, el mensaje fue: "CONTRA EL TERRORISMO", e
implícitamente debe entenderse que también en contra de las causas que lo incuban.
En todo el orbe por esa misma masacre,
de comunicadores de una revista francesa, hubo manifestaciones de repudio al
acto criminal, y por ende a sus motivos.
Por "terrorismo" nuestro
Código Penal Federal tipifica, básicamente al igual que la legislación francesa
u otras del mundo: la acción u omisión de quien o quienes utilizando sustancias
tóxicas, químicas, biológicas, o similares, material radioactivo, nuclear,
fuentes o instrumentos de radiación, explosivos, armas de fuego, por incendio o
inundación, o por cualquier otro medio violento, intencionalmente realicen, o
permitan, actos contra bienes o servicios, ya sea públicos o privados, o bien,
contra de la integridad física, emocional, o la vida de personas, que produzcan
alarma, temor o terror en la población o en un grupo o sector de ella, para
atentar contra la seguridad nacional o presionar a la autoridad o a un
particular, u obligar a éste para que tome una determinación.
Y las sanciones por ello son severas. En
México, al no existir la pena de muerte ni la cadena perpetua, sólo dispone
como sanción de 15 a 40 años de privación de libertad, y de cuatrocientos a mil
doscientos días multa, sin perjuicio de las penas que correspondan por otros
delitos ocasionados; estableciendo, a la vez, otras variables en la
tipificación, con penas menores.
Esos terroristas que actuaron en Francia
pagaron con su vida, sin haber llegado a un proceso legal y debido. Y la
mayoría de las naciones del mundo reprobaron el delito y a los delincuentes.
Francia y su gobierno parecen tener crédito global.
En cambio, México y nuestro gobierno no
se encuentran con esa acreditación internacional ni nacional, porque no se ha
entendido por quienes ejercen nuestra soberanía, como autoridades, la
diferencia entre "represión" y "coercitividad", dos
conceptos totalmente distintos.
El estado mexicano, representado por el
gobierno, y éste por las autoridades, pueden y deben ejercer siempre la
coercitividad, pero nunca la represión.
Empero, conforme a los elementos tipológicos
reconocidos internacional para el terrorismo, encontramos que la soterrada
guerra del petróleo, independientemente de quienes la vienen manipulando,
actualiza las hipótesis jurídicas de tan grave delito internacional, puesto que
son acciones de quienes utilizando medios violentos de tipo económico,
intencionalmente realizan, o permiten se realice en contra de bienes o
servicios, acciones que producen alarma, temor o terror en las poblaciones,
para atentar contra la seguridad nacional de ellas, o presionando a las
autoridades para que cedan frente al poder económico mundial.
En la superficie, las manifestaciones en
el mundo se realizan en contra de la violencia, del terrorismo y sus causas; en
el fondo, contra de la guerra petrolera, económica y militar.