Recordando a Mark
Twain
ALGO SOBRE
PERIODISMO
En mi adolescencia gocé las lecturas de
Mark Twain, (1835-1910) quien realmente se llamó Samuel Langhome Clemens, y
quien fuera un popular escritor, orador, y humorista, de los Estados Unidos de
América.
Él aseveró con todo acierto: "La
raza humana tiene un arma verdaderamente eficaz, la risa." ¡Y vaya que me
ganaba la hilaridad ahora que releí su ensayo PERIODISMO EN TENNESSEE.
Se trata de un periodista gringo del
norte que, por disposiciones de su médico, busca un mejor clima para su
quebrantada salud. Encuentra, así, la oportunidad en el sur, en Tennessee.
Consigue el puesto de subdirector en el Gloria Matinal, y él mismo narra con
simpleza y sentido del humor todas las peripecias que vivió en ese cargo.
El director del periódico es todo un
personaje sureño. De esos que suelen estar sentados reclinando su silla hacia
atrás para poner sus botas encima de su escritorio, con un cenicero repleto de
colillas de cigarros a medio fumar sobre la mesa de trabajo, y siempre con un
tabaco encendido entre sus labios.
La primer tarea que le encomienda es
leer todos los periódicos de la ciudad, con el fin de resumirle en pocas
cuartillas el "Espíritu de la Prensa de Tennessee", lo que nuestro
personaje realiza con todas las normas éticas y diplomáticas del estilo
bostoniano.
Y cuando el contratado le entregó el
proyecto al director, éste "le echó un vistazo y se le ensombreció la
cara... No era difícil ver que algo no funcionaba. Finalmente se puso de pié de
un salto y dijo: ¡Rayos y centellas! ¿Se imagina que voy hablar así de estas
personas ¿Cree que mis suscriptores van a tolerar semejante mejunje? ¡Déme la
pluma! Nunca vi a una pluma arañar el papel con tanta crueldad, ni a un hombre
tachar los verbos y adjetivos de otro de manera tan implacable. Mientras estaba
a la mitad de la tarea, alguien le disparó a través de la ventana abierta, y
estropeó la simetría de mi oreja..."
Y a partir de ahí el recién llegado del
norte americano, quien antes vivía en civilizada paz con las inglesas
costumbres de aquellas aristócratas regiones, padeció la existencia sureña del
periodismo de aquellos tiempos.
Duelos, bombas, atentados, incendios,
injurias, puñetazos, patadas, balazos, luchas violentas entre los periodistas,
entre los lectores y los directivos del diario, entre los políticos locales y
los reporteros, ataques al periódico y a sus trabajadores por parte de los
citados en las informaciones y artículos. Pero todo esto narrado con una gracia
que incesantemente provoca la risa.
Así que quien fue al sur de los EU, a
recobrar su salud diezmada, terminó malherido en el hospital de aquella
población llamada Tennessee, y renunciando irrevocablemente a ese cargo de
subdirector de un periódico tan peligroso.
"Vine al sur por mi salud, y por el
mismo motivo lo abandono, y enseguida. El periodismo en Tennessee es demasiado
excitante para mí."
Y, ¿cómo andará el periodismo mexicano,
y el michoacano?